15 riesgos que corres al visitar la ciudad de Panamá

Panamá
by Natalie Jurado 30 Jan 2017

1. Que te asalten historias de mar y tierra, de piratas sanguinarios y colonizadores españoles si te acercas a conocer las ruinas de Panamá La Vieja.

2. Quedar confundido al ver que el paisaje plagado de edificaciones, autos, ruido y obras en construcción se convierte en uno donde pululan gatos solos, tucanes, monos aulladores, ñeques y en el cual te absorbe la belleza del bosque húmedo tropical. Esta experiencia la puedes vivir en el Parque Natural Metropolitano o en el Cerro Ancón.

3. No poder cerrar la boca del asombro al ver el impresionante skyline de esta caótica y polifacética ciudad, especialmente desde la Cinta Costera 3, desde el tramo marino del Corredor Sur o desde la Calzada de Amador.

4. Pensar que has entrado a una Torre de Babel por la gran cantidad de acentos e idiomas que percibes en las calles.

5. Volverte adicto a la gran oferta gastronómica y culinaria que ofrece la ciudad, con restaurantes que tienen sus raíces en casi cualquier parte del mundo y cuyas ramas han crecido hasta aquí.

6. Que te duela el cuello de tanto mirar al cielo durante la época de migración de rapaces. Entre los meses de septiembre y octubre, millones de aves pasan por el cielo panameño dando un espectáculo increíble.

7. Que te roben más de una expresión de asombro al ver alguno de los barcos neopanamax y descubrir el funcionamiento del canal de Panamá, gran obra de ingeniería y referente mundial.

8. Espantarte con la cantidad de edificios altísimos que hay por toda la ciudad y que crecen como hongos tras un día de lluvia.

9. Que te atrape un aguacero intenso, cerrado y prolongado, de esos que parecen estar relacionados con el diluvio universal, y que al poco tiempo, como si no hubiese pasado nada, salga el sol brillante a secar los charcos del suelo.

10. Quedar aturdido con la cantidad de sitios que ofrece la ciudad para disfrutar la noche. Bares, discotecas, clubes, pubs y casinos, la oferta es amplia y cónsona con el espíritu fiestero de los panameños.

11. Enamorarte de los coloridos atardeceres de verano, especialmente si los disfrutas desde la Calzada de Amador, el Casco Antiguo o mientras participas de las múltiples actividades al aire libre organizadas durante esta época.

12. Volverte dependiente del aire acondicionado: en casa, en la oficina, en los comercios, en el transporte; siempre que se pueda usar, el aire acondicionado es un gran aliado contra el intenso y húmedo calor tropical.

13. Creer que alguien se robó un arco iris y lo colocó en el techo del Biomuseo. Este edificio tan colorido y de formas inusuales es obra del arquitecto Frank Gehry y alberga el museo de la biodiversidad panameña.

14. Salir rodando por haberte dado un atracón de ceviche y frutos del mar en el Mercado de Mariscos donde no solo sabes que la pesca es fresca, sino que también puedes comprar lo que quieras y pedir que te lo preparen al momento.

15. Querer quedarte al saber que estamos tan cerca de hermosas playas, tanto del Caribe como del Pacífico, que cuando quieras puedes escapar y darte un buen chapuzón que te haga olvidar las penas, el estrés y cualquier problema.

Todas las fotos de Carlos Ho Diéguez