1. Resigné el sabroso aroma de las panaderías argentinas invadiéndolo todo.
No hay mayor nostalgia que ese olorcito a pan recién horneado de quién sabe dónde que impregnaba toda la zona por donde uno transitaba. Muero por una medialuna de manteca. Hay panaderías al estilo argentino, solo que están a grandes distancias y no abundan.