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16 palabras compuestas del español que todos deberíamos usar más

by Ana Bulnes 19 Sep 2017

El castellano está lleno de palabras compuestas de lo más expresivo que usamos todos los días sin darnos cuenta de lo fantásticas que son (tentempié, metomentodo, vaivén, correveidile), pero en realidad utilizamos solo un porcentaje muy pequeño de lo que encontramos en el diccionario. Muchas suenan a Siglo de Oro, otras a recuerdos del pueblo, otras son todavía habituales en algunos países o regiones, pero todas son etiquetas perfectas para referirnos a algo (o a alguien, a la hora de insultar es cuando nos ponemos más creativos) y tremendamente expresivas y casi siempre transparentes

pringapié

¿A qué nos referimos con lo de que nuestros compuestos son muy expresivos? Este es el mejor ejemplo y sobran los comentarios: pringapié significa ‘diarrea’ (se usa en El Salvador). Perdón por esa imagen que se ha formado en tu cabeza y que ya no te abandonará nunca. Tampoco olvidarás nunca lo que significa la palabra.

arrebatacapas

Todo fan de El Ministerio del Tiempo que esté leyendo esto pensará enseguida en Alonso: arrebatacapas es una palabra que esperarías que saliese de su boca (para los no fans, Alonso es un soldado del siglo XVI). La utilizaría para hablar de un lugar en el que hay mucho viento o, nos dice la RAE, también para referirse a un «lugar o casa donde, por la confusión y el desorden y la calidad de las personas, hay riesgo de fraudes o rapiñas». Es también un nombre propio: el puerto de Arrebatacapas es un lugar real de Ávila. En Torrelaguna (Madrid) está también la atalaya de Arrebatacapas.

cagatintas

Se podría hacer todo un estudio antropológico sobre los españoles a raíz de todos estos compuestos. Dejando de lado los que denominan a pájaros o plantas (la grandísima mayoría), llegaríamos a tres conclusiones principales:

  1. Nuestra creatividad a la hora de crear palabras compuestas se centra principalmente en buscar sinónimos para «tonto».
  2. En todo este corpus de insultos, ponemos mucho esfuerzo en buscar palabras nuevas para reírnos de la gente muy religiosa o, directamente, de los curas.
  3. Los funcionarios y oficinistas tampoco son santo de nuestra devoción.

Cagatintas (también cagatinta o chupatintas) entra en el último grupo: es un oficinista de poca categoría.

chupacirios

Esta pertenece al segundo grupo, al de nuestra complicada relación con la Iglesia. Es la única que inluimos aquí porque ese grupo es tan nutrido que creemos que merece un artículo a parte, pero quedémonos con el chupacirios: es una persona muy beata, que frecuenta los templos. La RAE nos aclara que es despectivo, por si no se había notado.

galicursi

Ahora está ya un poco demodé por eso de que lo que se lleva es introducir anglicismos, pero eso le da un toque más decadente y genial a la palabra. Un galicursi es una persona que llena su discurso de galicismos de forma algo afectada. Ya se sabe, los que tienen la boca llena de glamour, son un poco voyeurs, preguntan por la toilette y cuando les cuentas un problema te contestan con un suspiro que c’est la vie! [También los que dicen demodé en vez de «pasado de moda», claro].

matagañanes

No está en el diccionario, pero es una palabra que se usa en Extremadura y en algunas partes de Andalucía para referirse al planeta Venus y, por extensión, a la primera luz del alba (¿o al revés?). Ya se sabe, empieza a amanecer y los gañanes quizá no sean aniquilados por el sol como si fuesen vampiros, pero sí se esconden y desaparecen de las calles.

ciegayernos

No sabemos quién inventó esta palabra, pero es fácil adivinar una cosa: era un suegro o suegra a quien su yerno no le caía especialmente bien. Un ciegayernos es una «cosa de poco valor que aparenta tenerlo grande», es decir, algo que engañaría a un yerno pero nunca al sabio suegro que es capaz de ver el truco.

derramaplaceres

Aguafiestas es también una palabra fantástica, pero ya la hemos oído demasiado. Podemos sustituirla por derramaplaceres, más larga, más sonora, con un punto poético. O derramasolaces, que significa exactamente lo mismo.

cuajaenredos

Esa persona liante que no hace más que cotillear y crear cizaña, a la que le gusta jugar a enfrentar a otros. Alguien, en definitiva, que cuaja enredos. Según la RAE, «persona chismosa, mendaz e intrigante».

desentierramuertos

Podríamos dejar viajar nuestra imaginación y pensar en alguien que se dedica a la exhumación de cadáveres para robar dientes de oro, pero no. Un desentierramuertos no se dedica a recorrer los cementerios de noche con malas intenciones. Estas las puede ejercitar a plena luz del día haciendo eso que todos sabemos que no se debe hacer: hablar mal de los muertos.

comidibaldi

Esta no la encontrarás en el DRAE, pero es otro ejemplo perfecto del tercer grupo: se utiliza sobre todo en la zona de la Ribera del Duero y sirve para referirse a funcionarios y a profesionales liberales. Básicamente, a cualquiera que realiza un trabajo no manual, es decir, alguien que no sabe qué es trabajar de verdad y, por lo tanto, el dinero le cae casi del cielo y come casi gratis.

remediavagos

Pues un poco lo que es el Rincón del Vago: un «libro o manual que resume una materia en poco espacio, para facilitar su estudio» o, simplemente, un «procedimiento destinado a hacer algo con el mínimo esfuerzo».

cenaoscuras

Es bonita y es trágica, como las personas a las que se refiere. Un cenaaoscuras es una persona huraña y tacaña, alguien que si puede no saluda y que, por supuesto, cena a oscuras para no gastar luz. Nos imaginamos a alguien triste y solo, a un cascarrabias, a un antihéroe. ¿Quién escribe la novela?

parlaembalde

Está claro, ¿no? Un parlaembalde es una persona que «habla mucho y sin sustancia». Todos conocemos a alguno.

calvatrueno

Tu mente malvada ya está pensando en calvas tan grandes que atraen relámpagos, aunque sea un calvatrueno y no un calvarrayo (que no, no existe, lo he buscado). Y no irías demasiado desencaminado: un calvatrueno es efectivamente una calva muy grande y también un hombre alocado o atronado.

galiputada

No está en el diccionario y casi ni siquiera en internet, pero su significado es demasiado bueno como para dejarlo pasar: galiputada significa ‘enfermedad venérea’. Con los franceses tenemos también una relación complicada. Saquen ustedes sus propias conclusiones.

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