1. Asocias el sonido de las bombitas, silbadores, cohetes y volcanes con la llegada de las fiestas de fin de año
Ni bien empieza diciembre cuando el aire panameño se llena del olor de la pólvora y del rugido de silbadores, bombitas, cohetes y fuegos artificiales. El clímax de este despliegue pirotécnico se alcanza cuando el reloj anuncia el inicio del 25 de diciembre y repunta con las campanadas de Año Nuevo. Por supuesto, esta tradición tiene su contraparte nada bonita, ya que afecta a animales, niños pequeños y demás personas sensibles a los ruidos fuertes (y ni hablar de los potenciales incendios).