1.
No te conformas con cualquier pan nunca más. Miras las baguettes francesas con condescendencia, porque palidecen ante la variedad y calidad de los panes alemanes.
2.
Te preguntas por qué no hay gente desnuda en los parques, playas y lagos. Viva la FKK (Freikörperkultur). La cultura del cuerpo libre es bien, la represión es mal.
3.
Cuando alguien te pregunta “¿cómo estás?” realmente crees que le interesa saberlo. En Alemania se pregunta en serio, y no como una fórmula ligera de saludo.
4.
Te sorprendes porque todo el mundo paga en el súper con tarjeta menos tú.
5.
Vas en manga corta cuando el resto de la gente ya lleva jersey. Exageraditos…
6.
Lo que más aprecias al volver a casa es la persiana de tu habitación.
7.
No eres capaz de explicarle a nadie qué es exactamente un Club Mate.
8.
Tus amigos acaban de descubrir la tendencia del poliamor en casa, y tú los miras con superioridad. “Dulces niños del verano”…
9.
Te parece normal ir a clubs de sexo y no entiendes por qué tus amigos ponen esas caras raritas.