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17 cosas que debes saber antes de hacerte amigo de un español

by Ana Bulnes 14 Sep 2017

1. La puntualidad es complicada

Sería fácil quedarse con el tópico de que los españoles somos impuntuales, pero sería inexacto y no te arreglaría mucho la vida. La impuntualidad es un concepto complicado que depende de los minutos y las circunstancias. Se acepta un retraso de 10-15 minutos sin avisar, pero si tienes a la otra persona esperando en la calle quizá esté un poco de mal humor cuando llegues. Si te invitan a una fiesta, puedes retrasarte todo lo que quieras (a la hora de la convocatoria posiblemente ni estén listos) y, si se trata de una cena en una casa, deja esos diez minutos de cortesía: si no están preparados, puedes ayudar, pero evitas que lo hayan pensado todo para la hora en punto y la comida esté fría. Si habéis quedado para ir al cine, coger un tren o cualquier otra cosa que vaya a empezar o salir en hora, intenta ser puntual.

2. Hablará de la hora de la siesta, pero posiblemente no la duerma

Siempre nos quejamos de que fuera todo el mundo está convencido de que dormimos un par de horas después de comer, pero ¿no tendrá algo que ver que hablemos de la «hora de la siesta» con demasiada frecuencia? Quizá haya que explicar y puntualizar: nos quejamos cuando algo es a esa hora no porque nuestra alternativa fuese a ser dormir, sino porque nuestro cerebro está algo menos alerta y, si pudiéramos, pasaríamos un rato vegetando en el sofá.

3. No entenderá que quieras comer en media hora

¿Es físicamente posible? Claro, si no cocinas, si lo que comes es un triste sándwich, si lo engulles mientras miras el móvil o el ordenador. ¿Y llamas a eso comida?

4. Te mirará raro si te descalzas en su casa

La intención es buena, lo sabemos, y mancharás menos la casa a la que has sido invitado. Pero qué se le va a hacer, es raro. Te diremos con los ojos muy abiertos que no hace falta que, pero tú ya estarás descalzo. Nosotros aprovecharemos para ponernos en zapatillas y pensaremos «gracias, amigo extranjero».

5. Aprenderás a arreglar el mundo

No, no te asustes. ¡Es muy fácil! Un bar o en casa (ahora que ya estáis descalzos y cómodos), unas cervezas y cualquier tema de actualidad (puedes echar un vistazo a los titulares antes de salir de casa si crees que no vas a saber hacerlo bien). El discurso sigue siempre el mismo camino: el mundo/el país está muy mal, los políticos son unos corruptos, esto es lo que haría yo para arreglarlo.

6. El tema de la identidad nacional es también complicado

Bien, en ese momento de arreglo del mundo es posible que salga este tema. Aquí da un paso atrás y escucha teniendo claro únicamente que tú no tienes ni p*** idea. ¿Que no se siente español? Perfecto. ¿Que no entiende a los que no se sienten españoles? Perfecto también. ¿Que cree que Catalunya debería poder votar y hacer lo que quieran? Perfecto. ¿Que cree que romperán España y será el comienzo de una nueva guerra civil? Un poco exagerado, sí, pero guárdate tu opinión. Y no te creas nada nunca al cien por cien, ni de un extremo ni del otro. En cuanto cambies de región o interlocutor escucharás un apasionado discurso que te convenza de todo lo contrario.

7. Lo haréis todo en bares

Lo de que te invite a su casa es algo que ocurrirá cuando seáis ya muy amigos y aun así preferirá siempre quedar fuera. ¿Por qué ibas a poder salir tú de casa y ella no? Aquí nos ventilamos todos, situación que solo presenta ventajas: ver a más gente, poder elegir entre muchas más cosas para comer o beber, no tener que limpiar antes para que el invitado no te juzgue de forma errónea y no tener que limpiar después los platos y copas y todo lo ensuciado por la cena. Ya, sí, es más caro salir, pero en último caso si aún tenéis la edad adecuada siempre os quedará el botellón.

8. Quizá todavía viva con sus padres

Puede que esto tenga que ver con lo de que nunca quiera quedar en casa.

9. Ten cuidado también con los dos besos

Te lo has aprendido y vienes dispuesto a evitar esos momentos incómodos en los que una persona extiende la mano y la otra se acerca para dar dos besos, pero aprende también los matices: si eres hombre y vas a saludar a otro hombre, sigue con la mano. O no. Sería bonito llegar a un punto dentro de muchos años en el que los hombres españoles se besen. ¡Los franceses lo hacen y siguen con su masculinidad intacta!

10. Posiblemente no le gusten los toros. Posiblemente no sepa bailar sevillanas. Quizá no le guste salir de fiesta

Supéralo.

11. Te mirará con horror si dejas caer que llamas a tus padres una vez al mes

¿Tienes corazón?

12. Te mirará con horror si dejas caer que no has cogido las vacaciones que te corresponden

Pero, pero, pero ¿qué?

13. Nunca lo convencerás de que la mantequilla puede sustituir al aceite

Aquí sacamos la carta de la dieta mediterránea (o atlántica) y de nuestra esperanza de vida. ¿Eres japonés? ¿No? Entonces no me vengas diciendo que tanto aceite es insano porque la estadística dice que tú vas a morir antes.

14. ¿Que la televisión en tu país es muy mala? Deja que te presente a nuestra amiga Belén.

Tu vida no volverá a ser la misma, como le pasó a aquel chico inglés al que se le ocurrió preguntar quién era Belén Esteban. Cuando ya estés familiarizado con ella, te presentaremos a Cárdenas.

15. Te darás cuenta de que todo lo que sabes sobre horarios, sueño y salud es mentira

¿Cenar tarde es malo? ¿Acostarse tarde y madrugar es malo? ¿Desayunar dulce es malo? Igual lo malo es estresarse tanto. Déjame recordarte lo de la esperanza de vida.

16. Negará esta lista

Lo único que une a España es el profundo amor por la tortilla de patatas y, como ya nos cantaron Mecano, las uvas en Nochevieja. Cada Comunidad Autónoma, cada provincia, cada pueblo (¡cada persona!) es distinto. Pregunta.

17. Te enseñará a relajarte y a entender que se trabaja para vivir y nunca al revés

Si no sacas nada más en claro de tu extraña amistad con un español, que sea esto: el trabajo es un medio, no un destino. Nunca es más importante que estar un rato con la gente a la que quieres.