1. El no saludo.
Se avecina un poblano conocido hacia ti y piensas… « ¿Lo conozco o me estoy confundiendo?¿Me saludará? ¿Lo saludaré yo? ¿Ya me vio? Bueno, si me saluda, yo respondo el saludo… ¿O mejor yo saludo primero y que el otro decida si me responde? Sí… mejor haré eso… Ah canijo, ¿ya se pasó? bueno, a la otra. »
2. El pápalo.
El toque especial de cualquier cemita es difícil de resistir, pero al caer en la tentación, sabes que corres el riesgo de quedar con ‘papalazos’ decorando tu sonrisa.