1. Siempre tienes listo tu uniforme.
Porque usas uniforme… como en la primaria. Y sabes que en caso de llevar algo fuera del reglamento podrías ser mandado de regreso a tu casa. ¡Sólo faltaría que le hablaran a tu mamá para que fuera por ti!
2. Sabes que si tienes que llevar la fiesta en paz con alguien… ¡es con la de recepción!
Por más indefensa que se vea la recepcionista de tu chamba, es la que mejor sabe de qué pie cojeas. Ella se acuerda de los días que llegaste a checar y te fuiste a desayunar, de esas ocasiones en las que se te hizo temprano para salir y de cuando se te olvidó que existe un código de vestimenta.