1.
Buscar una manera de obtener gofio – supermercado español, servicios de mensajería, productos equivalentes, impresoras 3D… Todo vale.
2.
Quejarnos del mal tiempo en nuestro país de acogida para solidarizarnos con los paisanos mientras pensamos que aún tenemos que poner el bañador en la maleta para ir a casa por Navidad.
3.
Ofendernos cuando nadie cree que uno pueda haber nacido/crecido/estudiado en una isla canaria, como si fueran solo destinos de Ryanair.
4.
Vestir de amarillo, que nos queda mejor que a nadie.
5.
Escuchar un acento canario por la calle y girarnos con una sonrisa de oreja a oreja.
6.
Considerar todos los plátanos una vergüenza y buscarlos pequeñitos y moteados (sin éxito).
7.
Mostrarle a todo el mundo con orgullo una de esas fotos de la NASA donde se ve el archipiélago desde las alturas, en todo su esplendor.
8.
Enseñar nuestro léxico florido y variado hasta que nuestros vecinos acaben diciendo chacho, guagua, machango y calufa.
9.
Pasarlo pipa cuando nadie es capaz de identificar nuestra manera de hablar y acercan la oreja pero sin animarse a preguntar.