Foto: Rulo Luna
1. La obsesión por verificar cómo amaneció nuestro querido volcansito El Popo.
2. La obsesión por celebrar eventos “en salón”.
3. La obsesión por comprar mínimo 2 cemitas (no te vayan a cachar desaprovechando una promo de 2×1).
4. La obsesión por decidir qué es naco y qué no.
5. La obsesión por comernos el nombre de las calles y llamarles solo por número (subes por la 7 y te bajas en la 4).