1. Alguna vez te cayó la maldición gitana…
Y ni modo… tuviste que sacrificarte la semana completita.
2. Pero sabes que la verdadera maldición se esconde detrás de proponer “algo tranqui”.
Hagamos algo tranqui, dijeron. Mañana hay que trabajar, dijeron. Algo tranqui siempre termina con alguno de los siguientes problemas: celular ausente, heridas que no sabes cómo te provocaste, cartera con una singular ausencia de dinero, pareja encabronada, un montón de llamadas que esperas nadie haya contestado, entre muchos, muchos otros. Consejo: ¡siempre vayan por todo!