1.
Tu pasaporte tiene más sellos que cualquier tienda filatélica. Y cada vez que lo tienes en las manos no puedes resistirte a pasar sus páginas para recordar cada uno de tus viajes.
2.
Tu mochila, maleta o bolsa de viaje siempre está a punto de ser utilizada. Nunca la guardas en el altillo por si acaso surge un nuevo viaje. ¡Nunca se sabe cuando será el momento de volver a partir!