Photo: simone tognon/Shutterstock

19 cosas refrescantes que solo puedes hacer en Canarias

Islas Canarias
by Dana Ptacinsky 10 Jun 2015

1. Participar en la Fiesta de La Rama.

Sin palabras #LaRamaAgaete

Una foto publicada por oliverartiles artiles (@oliverartiles) el

Lo mejor que puedes hacer un 4 de agosto es tomarte la guagua a Agaete, en el norte de Gran Canaria, para celebrar a Nuestra Señora de las Nieves. Sigue a la comitiva que baja desde la montaña hasta el puerto, vuélvete loco bailando al son de las bandas y agita una rama de pino, poleo o eucalipto hasta que se te duerman los brazos. Originalmente los aborígenes canarios rogaban a sus dioses de esta manera para que enviaran lluvias, lo cual no estaría de más después de un pateo semejante bajo un sol de justicia.

2. Aprender a hacer kitesurf.

Fuerteventura es el sitio perfecto para todo aquello en esta vida que requiera mar y viento – el noroeste y sureste de la isla son ideales para practicar el kitesurf y dejarse llevar (literalmente).

3. Pasar un día en el Lago Martiánez.

Qué gran hombre que fue don César Manrique… Escultor, pintor y arquitecto de Lanzarote, se pasó la vida integrando arte y naturaleza, creando espacios donde palmeras, lava, terrazas y piscinas convivían felizmente, para orgullo y placer todos los que en algún momento nos asomamos a sus miradores o nos sentamos en sus auditorios. El Lago Martiánez, en Puerto de la Cruz, Tenerife, un oasis-museo de piscinas y piedra volcánica, es una de sus obras maestras. Darse un chapuzón aquí es rendirle homenaje a un genio!

4. Darte unos chapuzones en el Charco Los Chochos, Tenerife, y el Charco Azul, La Palma.

¿Te apetece flotar panza arriba y olvidarte del mundo? Todas las islas afortunadas tienen piscinas naturales que quitan el hipo. Prueba el Charco de los Chochos o el Charco Azul y ¡a hacer el muerto! (Pero qué muerto, ¿eh?)

5. Hacer senderismo en Garajonay.

Cuando lo que pide el cuerpo es darse un paseo fresquito por un bosque de laurisilva canaria, el Parque Nacional de Garajonay, en La Gomera, es el paraje perfecto. Nada como elegir un sendero a través de un ecosistema de la Era Terciaria que superó con éxito los cambios climáticos del Cuaternario y hoy ofrece un refugio verde a miles de senderistas. Párate en algún mirador, cierra los ojos y aspira el aroma del monteverde canario.

6. Coger (o admirar) unas olas en La Cicer.

Date una vuelta por la Playa de Las Canteras, en la capital grancanaria. Si haces surf, disfruta de unas olas estupendas y de aún mejores vistas (a lo mejor ves a tu colega haciendo parapente desde Las Coloradas); si no lo haces, siéntate en el bar del siguiente punto a admirar a los que se animan con el neopreno.

7. Jugar con el eco en la Cueva de los Verdes.

Nada como un viaje al centro de la Tierra para recuperarse de un día al sol. La Cueva de los Verdes, al norte de Lanzarote es un es túnel volcánico de colores imposibles donde galerías superpuestas hacen las delicias de los fans de Instagram. Siéntate en el Auditorio subterráneo, canta algo, disfruta del eco.

8. Pegarte un bañito en la Cascada de Colores, La Palma.

Resiste la tentación de llevarte el móvil contigo y espera que no haya nadie alrededor. Sitúate justo debajo de la cascada. Abre los brazos. Espera que este momento no se acabe nunca.

9. Hacer un pícnic en la Presa de la Sorrueda.

#PresaDeLaSorrueda #LaSorrueda #SantaLuciaDeTirajana #GranCanaria #IslasCanarias #latituddevida

Una foto publicada por PÐԄʘ ⓜⓐⓡⓣⓘⓝ (@pedrolaspalmas) el

¿Aprieta el calor y aprieta el hambre? Si ha sido invierno de lluvias, la Presa de la Sorrueda, en el centro de Gran Canaria, será el lugar para sentarse a hacer un pícnic y meter las patas en el agua. La carretera hasta este oasis es de todo menos recta, quedan avisados…

10. Hacer la croqueta en las Dunas de Maspalomas, Gran Canaria.

The force be with you!!

Una foto publicada por DSC (@javatillo) el

He aquí el sitio ideal para hacer la croqueta: sube hasta lo más alto de las dunas, elige tu recorrido, déjate caer y rueda hacia abajo hasta que no quede ningún rincón de tu cuerpo sin arena. Ármate de valor y cruza las dunas hasta el mar, sumérgete, da unas brazadas y sal renovado y fresco, ¡listo para empezar de nuevo! (El atardecer en las dunas es emocionante, no te lo pierdas).

11. Relajarte en Sotavento, Fuerteventura.

¿Dónde te gustaría estar ahora mismo? ¡Allí!

12. Probar el helado de tuno.

Vainilla, chocolate, fresa, limón… Ya está bien de convencionalismos – el menú para hoy: helado de tuno indio.

13. Pillar una bici y recorrer La Graciosa.

La isla más grande del Archipiélago Chinijo (pequeño en canario) es tierra de bicicletas, todoterrenos, pesca, playas desiertas y submarinismo. Aquí no hay multitudes, pero no se lo digan a nadie…

14. Iniciarte en el buceo o el snorkeling en La Restinga.

Las Islas Afortunadas tienen fondos marinos es-pec-ta-cu-la-res. No importa tu nivel y cuánta confianza le tengas a tus pulmones – la oferta es enorme y los habitantes de las profundidades nunca decepcionan. Si nos vamos a poner técnicos, dicen que la zona de La Restinga, en El Hierro, es uno de los mejores destinos de Europa para bucear.

15. Disfrutar de olas y atardeceres de Famara.

Si te has quedado con más ganas de actividades náuticas, dale una oportunidad a Famara, en Lanzarote. Todos los que van, dicen que vuelven, ya sea por los surferos o por los atardeceres junto a los riscos…

16. Saborear el mejor postre infantil.

Sí, sí, suena a alimento de bebés, pero es un tierno recuerdo de meriendas infantiles y se presta al verano playero: galletas María escachadas, platanito canario escachado y naranja. Algunos le pondrán un poquito de canela, otros leche condensada, otros miel de palma, otros ron miel… Lleve lo que lleve, si esta frío de nevera, es un manjar de dioses (y bebés).

17. Descubrir la Isla de Lobos.

Si estás en Fuerteventura, date un salto a la isla o islote de Lobos. Por aquí la sombra brilla por su ausencia, así que lo mejor para el calor es llegar al Puertito y… ¡saltar!

18. Atreverte con el parapente en el Teide.

Ver las islas desde arriba es una magnífica idea y si tienes las agallas de verlas mientras te tiras desde una montaña, aún mejor. Y si esa montaña es la más alta de España, ¡todavía más!

19. Disfrutar de las cervezas canarias.

Una (o más) de estas tres botellitas + unas horas de congelador + una de las playas o charcas o caletas arriba mencionados + una crema solar factor 30 mínimo = una gran sonrisa de felicidad.