Photo: Santiago Castillo Chomel/Shutterstock

24 cosas que todo chilango treintón recuerda de su niñez

by Rulo Luna Ramos 28 Feb 2017

1. Las excursiones a Reino Aventura.

Que podían desviarse a Chapultepec, Divertido o Atlantis. Seguramente en el trayecto cantabas himnos tan originales como “Acelérele chofer” o “Al chofer no se le para”.

 

2. La ruta del chupacabras.

Ahora despotricas sobre las cortinas de humo y las mañas del gobierno, pero en ese momento agradecías al universo por no haber nacido cabra.

 

3. La llegada de Burger Boy a tu vida.

Daban refill ilimitado de refresco y siempre tuvieron la opción de ponerle queso a las papas. Estaban tan adelantados a su época…  

 

4. Danessa 33…

Y la inigualable sensación de recibir un helado en un mini casco de fútbol americano.

 

5. El poster de los Thundercats o de algún otro hitazo del canal cinco que adornaba la pared de tu cuarto.

Que probablemente obtuviste de las páginas centrales del Teleguía.

 

6. Reventar los triangulitos de Boing una vez vacíos…

Por la simple sed de destrucción.

 

7. Utilizar chinitos de la suerte…

O chupones de colores, sus dignos sucesores.

 

8. La devaluación del 94…

Cuando todos valimos madres.

 

9. La invasión de las estampitas con droga.

Súper estrategia de los dealers ochenteros para llevar su producto hasta las puertas de tu primaria… lugar lleno de niños, repleto de niños, de niños sin un quinto para comprar drogas, pero bueno.

 

10. Las sesiones de Rogelio Moreno y el Tío Gamboín.

Que por algún motivo resultaban entretenidos a pesar de que su papel era interrumpir la barra de caricaturas.

 

11. Las cápsulas de “partidos políticos”…

Que interrumpían la armonía de una tarde de entretenimiento con una pantalla azul y una música ominosa que aún te recuerda el sabor del desencanto.

 

12. No corro, no grito, no empujo…

Cantaleta oficial de todas las primarias y secundarias post 1985.

 

13. Ir a comprar videojuegos a la fayuca…  

Plaza Meave, el Bazar de Lomas Verdes, Pericoapa, todos estos eran los únicos recintos los que te podías armar de los últimos éxitos para el Nintendo. Los gamers más añejos probablemente se acuerden del tianguis de Correo Mayor y los juegos de Atari que llegaban a costar miles y miles de pesos.

 

14. Cuando fuiste a Acapulco por primera vez.

Ya que probablemente ahí conociste el mar y sus bondades. Acapulco era el éxito vacacional en una época que Cancún ni figuraba en el léxico popular.

 

15. El refresco en bolsa después de la cáscara…

Porque nadie andaba cargando cascos de refresco consigo cuando salía a jugar.

 

16. El Pepsilindro…

Y la inhabilidad de los líquidos por quedarse dentro de él cuando lo guardabas en tu mochila.

 

17. Y los vasos de colores de los Tiny Toons.

El del viernes era morado.

 

18. Sentirte millonario con unas monedas.

En esas épocas en que una moneda de mil varos (la de Sor Juana) alcanzaba para unas papas, un refresco y hasta un raspado.

 

19. Tejer pulseritas en el recreo.

Porque había épocas en las que la chaviza armaba sus propios accesorios.

 

20. Los días de inversión térmica y entrar a la escuela tarde.

Situación agridulce que te resultaba más placentera que otra cosa, porque en realidad no entendías muy bien eso del smog y su malicia.

 

21. Los libros de texto gratuitos.

Hechos del papel más horrible que has visto en tu vida, si es que a eso se le podía llamar papel. Borrar una palabra mal escrita implicaba destruir la página y la de atrás.

 

22. La ausencia de televisión en las mañanas.

Cuando quedarse en casa por enfermedad o alguna otra desavenencia era el peor aburrimiento al que podía ser sometido un niño.

 

23. La llegada del Videocentro y de la renta de películas.

Es como el cine… ¡pero en la casa!

 

24. La pluma Bic chorreada…

Porque no tuviste infancia si una Bic no te hizo mierda el único pantalón que tenías para la escuela.