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28 problemas que solo los gallegos entendemos

Galicia
by Ana Bulnes 16 Mar 2018

1.

Saber que quien llama a la puerta es la comisión de fiestas.

2.

Dudar siempre entre comprarte un paraguas bueno y exponerte a su robo (o a que no sea tan bueno cuando cruzas una plaza en plena ciclogénesis) o uno barato y malo que sabes que será casi de usar y tirar.

3.

Ver Fariña y notar que empatizas más de la cuenta con Sito Miñanco (y tener que darte golpecitos y decir «¡no! ¡no!»).

4.

Y que tu cerebro entre en cortocircuito al ver a Touriñán y tener que sentir miedo en vez de risa.

5.

Intentar explicar una tira de Luis Davila a alguien de fuera.

6.

Salir de Galicia y tener que comunicarte sin usar las palabras «fuchicar», «colo», «chollar» o «reseso».

7.

Que alguien te pregunte qué debe ver (y comer) en Galicia si viene un fin de semana.

8.

Que la gente de fuera no te permita decir que tienes frío porque «eres de Galicia». Que cuando te quejes del frío gallego a 10 ºC te digan que eso no es frío.

9.

Decidir hacerte vegetariano y que te inviten a una churrascada.

10.

Ir a una boda con el estómago mal.

11.

Que Meteogalicia diga que va a llover justo el fin de semana en el que vas a tener visitas.

12.

Oler humo y que no sea San Juan.

13.

Tener que ir de Lugo a Vigo y no tener coche.

14.

Decidir que vas a boicotear la AP-9 y comprobar cuánto te llevaría ese mismo trayecto por carretera. Esperar no encontrarte a ninguna de esas personas a las que les has dicho que nunca darás un euro más a Audasa conduciendo por el carril contiguo en la autopista.

15.

No saber si te daría más miedo encontrarte una noche en el monte a un grupo de jabalíes o a la Santa Compaña.

16.

Que se te estropee el deshumidificador justo cuando ibas a poner la lavadora una semana de lluvia.

17.

Decidir en qué idioma hablar a un portugués. Que te conteste siempre en perfecto castellano.

18.

Escuchar constantemente a los extranjeros alabar las playas mediterráneas.

19.

Tener mucho calor pero saber que si nos damos ese segundo baño nos cogerá el frío para el resto de la tarde.
Soportar estoicamente a la gente de fuera que imita (mal) el acento gallego, nos dice “galleguiño”, nos pide que digamos “carallo” y encima espera que nos haga gracia.

20.

Lo de decidir ir a alguna fiesta histórica a última hora y tener que inventar con lo que hay en nuestro armario un atuendo que encaje más o menos. Acabar usando lo mismo para la Festa da Istoria de Ribadavia y la Reconquista con el pretexto de que «los labregos siempre vistieron un poco igual siglo arriba, siglo abajo».

21.

Pasarnos con el licor café.

22.

Intentar explicar a un foráneo lo de las parroquias, los lugares y las comarcas.

23.

Vivir en el rural y que tu cartero de toda la vida se jubile.

24.

Que uno de los criterios presentes en tu decisión final antes de comprar un coche tenga que ser si pasará bien por el punto más estrecho del trayecto a tu aldea.

25.

Ese momento en el que tu foto ya no aparece en el Xabarín el día de tu cumple.

26.

Que no llueva.

27.

Que llueva.

28.

Que te pregunten qué es lo más bonito de Galicia. Empezar a hablar y no saber parar.

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