La Riviera Maya está llena de lugares increíbles y siempre será uno de los mejores destinos del Caribe para disfrutar unas merecidas vacaciones; sin embargo, la fama y la promoción de este corredor turístico desvía la atención de otros sitios igual de paradisíacos que puedes estar perdiéndote por no ir más allá de los límites de Tulum. Si no nos crees, dale un vistazo a estos cuatro paraísos de la hermosa Costa Maya en el sur de Quintana Roo.
1. Mahahual
Mahahual es un sitio que evoca tranquilidad, hospitalidad y el encanto de los pueblos pesqueros del Caribe. Quien se encarga de dar la bienvenida a los visitantes es un nostálgico faro situado en la entrada del pueblo, el cual no solo guía a embarcaciones pesqueras, sino también a cruceros que de vez en cuando hacen escala aquí.
Gracias a la barrera de corales que rodea a la bahía, el oleaje que llega a las playas de Mahahual es sumamente ligero. Si sumamos esto a la suavidad de las arenas del Caribe, tenemos la receta perfecta que hace que muchos renuncien a los camastros a la hora de tomar el sol. Por si fuera poco, la profundidad del mar en esta zona apenas rebasa un metro, algo que resulta particularmente ideal para familias con niños. Para los más aventureros, las cooperativas de pescadores organizan tours de buceo con snorkel en el Arrecife Mesoamericano, donde se pueden observar hermosas formaciones coralinas y colonias de peces tropicales que difícilmente verás en un acuario.
Al caer la tarde, nada como dar un paseo por el malecón, donde las puestas de sol son el preámbulo para disfrutar de una romántica noche caribeña en los pequeños bares y restaurantes donde se ofrecen cocteles y cenas a la luz de las velas con el sonido del mar como música de fondo.
En Mahahual encontrarás cómodos hotelitos que van de 2 a 3 estrellas. Por cierto, no olvides probar la langosta y los ceviches de caracol, son las especialidades regionales y sus precios son mucho más económicos que en otros sitios.
2. Bacalar
La sorpresa ocurre mucho antes de entrar en el pueblito de Bacalar, cuando se alcanza a observar desde la carretera un enorme espejo de aguas cristalinas matizadas por diferentes tonos azules que nos hacen dudar de nuestra propia vista. Se trata de la laguna de siete colores, como se le ha bautizado a la laguna de Bacalar.
El caso de esta laguna es bastante particular, pues se nutre del agua de diferentes cenotes. Este es también el origen de sus múltiples tonalidades, las cuales se intensifican de acuerdo a la variación de la profundidad. La laguna de Bacalar es uno de los pocos sitios en el mundo donde se pueden observar formaciones de estromatolitos (microorganismos que generaron el oxígeno en la Tierra).
Puedes disfrutar de la laguna navegando a bordo de un velero o un kayak y explorando algunos de los escondites donde solían guarecerse piratas y corsarios, sin dejar pasar la oportunidad de darte un buen chapuzón en los canales o brazos de la laguna. También debes visitar el centro del pueblo, donde se encuentra el Fuerte San Felipe, la vieja fortaleza que defendió a Bacalar del asedio de piratas que codiciaban mercancías como el palo de tinte, típico de esta zona.
Y si se trata de comer, date una vuelta por los restaurantes La Playita y El Manatí. Te encantará su exquisita propuesta gastronómica.
3. Bahía de Chetumal
La bahía de Chetumal es la frontera natural que divide a México de Belice, y aunque no recibe tanta promoción turística como otros destinos quintanarroenses, atesora paisajes y lugares que bien vale la pena visitar.
Uno de ellos es Calderitas, una población situada a 9 km de la ciudad de Chetumal, famosa por sus restaurantes de mariscos, donde además de saborear los deliciosos platillos regionales, disfrutarás excepcionales vistas al mar. Desde Calderitas también es posible tomar paseos en lancha hacia la isla Tamalcab para observar su colonia de monos araña, coatíes y el impresionante vuelo de águilas pescadoras.
Otro lugar que no debes dejar de visitar es la laguna Guerrero, un hermoso cuerpo de agua color esmeralda donde habita una gran cantidad de aves y Daniel, un manatí que se quedó a vivir aquí, cerca del hombre que lo rescató después de quedar huérfano. Toda la Bahía de Chetumal es considerada el principal santuario del manatí en México.
Los mayas también dejaron huella en Chetumal, y una muestra de ello es la zona arqueológica de Oxtankah, donde yacen los vestigios de una ciudad maya que floreció entre los años 250 al 600 d.C. Aquí observarás restos de al menos 10 plazas enmarcadas por edificios cívicos y religiosos, además de las ruinas de una iglesia cristiana erigida por los españoles sobre un templo maya.
4. Xcalak
Xcalak es una villa pesquera a la que se llega a través de una pequeña carretera que parte desde Mahahual. Este es el sitio ideal si quieres sacudirte el estrés y las preocupaciones, y más aún si eres fan de la exploración submarina, ya que justo frente a las costa de Xcalak se encuentra Banco Chinchorro, uno de los atolones más grandes del mundo, considerado por muchos el mejor sitio para bucear en el Caribe.
Podría decirse que Xcalak está entre los últimos paraísos caribeños casi vírgenes. En sus alrededores se encuentran hermosas lagunas de aguas cristalinas, espectaculares zonas de manglares que se han convertido en santuarios de aves marinas, y zonas arqueológicas submarinas donde yacen los restos de barcos piratas y españoles que naufragaron en estas costas.
En Xcalak no encontrarás resorts de lujo, pero sí pequeños hotelitos ecológicos y bungalows que no dejan de darle un aire de libertad a este viaje por la Costa Maya.