Momentos, recuerdos y sensaciones de haber crecido en una isla como Lanzarote enmarcados en cinco factores.
1. El espacio
Estirar los brazos sin alcanzar nada, tocando sólo rayos del sol. Contemplar lugares que están cerca y lejos en el mismo vistazo, rodeado de horizontes siempre a la vista. Una isla plana pero para nada aburrida en la que puedes caminar viendo a dónde te diriges sin alcanzarlo durante un buen rato. Sentirte insignificante y humilde en un páramo que te envuelve. Una tierra de contrastes, de vida y muerte, plagada de colores que asaltan tus sentidos. Disfrutar recordando cuánto te hacía falta tu espacio vital.