Cuando me propusieron escribir este artículo, me di cuenta de que no conocía ni era capaz de hablar sobre casi ninguna mujer canaria que hubiera logrado algo histórico. Y sé perfectamente que no es porque no las hubiera. Hoy 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, me gustaría humildemente recordar a cinco mujeres canarias que hicieron historia dentro y fuera de las islas. No están todas las que son, pero sí son todas las que están.
1. Dorotea de Armas Falcón
Nacida el 6 de febrero de 1899 en Muñique, Dorotea fue una ceramista de mi propia isla, Lanzarote. Curiosamente no sabía nada de ella pero sí conocía parte de su obra, como eran las figuras de los Novios del Mojón. Aprendió el oficio de su madre y hasta el año de su muerte en 1997, vivió y trabajó en su taller del Camino de las Montañetas, produciendo loza doméstica y pequeños juguetes de barro, idolillos de origen aborigen canario, como los caballos de Tres patas o los ya mencionados Novios del Mojón, que la hicieron famosa incluso fuera del archipiélago.
Estas figuras de barro destacan por representar la figura de un hombre y una mujer cuyos órganos sexuales aparecen exagerados, siendo bastante cómicos a primera vista. Forman parte de un antiguo ritual de compromiso entre novios que sellaban la aprobación con vistas al enlace matrimonial. Entre sus muchos seguidores y alumnos, sobresalen por su continuidad: su nieta Mª Dolores Armas, en Muñique; Marcial de León, Teresa Morales, en El Mojón; Juan Brito, en Arrecife, y su hijo Juan Jesús Brito Paz, en Mozaga.
2. Carlota de la Quintana y López de Arroyave
Nacida en 1909, fue la primera médica especialista de Canarias y la tercera de España. De la Quintana rompió moldes para la época que le tocó vivir, ya que en 1930 eran muy pocas las mujeres españolas que accedían a la universidad y la medicina era una ciencia eminentemente ocupada por hombres. Con 25 años ya había finalizado la carrera de Medicina y el doctorado. Entonces decidió completar sus conocimientos en Alemania y Suiza. En los años 40 regresó a la isla como la primera doctora de Canarias, ejerciendo en Las Palmas de Gran Canaria.
Fue una de las personas que tiraron de la sanidad pública cuando esta empezaba a tomar forma en España. En su consulta se amontonaban los pacientes, que confiaban en ella por su profesionalidad, su cercanía y conocimiento de la gente del barrio. Las anécdotas de aquella profesional llenarían un libro, como una popular en la que una madre desesperada le espetó: «El doctor me ha dicho que mi niño tiene un gato enterito en el estómago – ¿Cómo un niño tan pequeño puede comerse un gatito? Lo que el doctor le dijo es que su hijo tiene una gas-tro-en-te-ri-tis en el estómago».
3. Mara González
«Tamaragua, señores, o lo que es lo mismo, buenos días, bienvenidos y bienhallados». María del Pino González González, la voz de Canarias, despertaba así a todos los isleños cada mañana. Nacida en el barrio de San Blas, en Santa María de Guía, Mara González fue una periodista que forma parte de la memoria radiofónica de las Islas, sonando en los hogares canarios desde el año 1966. Dirigió y presentó el programa Tamaragua, buenos días, en Radio Las Palmas, que estuvo 22 años en antena. Tras realizar crónicas para la SER en distintos programas nacionales, tuvo una importancia trascendental para la creación del departamento de informativos de Radio Las Palmas donde destacaron sus reportajes sociales sobre los núcleos más deprimidos de la ciudad.
Trabajó con María Mérida en La Actualidad Española, con Manuel Martín Ferrand en Hora 25, con Joaquín Prat en Otras cosas y con Iñaki Gabilondo en Hoy por hoy. Además contribuyó, a través de programas especiales, a la creación de centros de acogida como la Ciudad de San Juan de Dios en El Lasso, el Hogar Nuestra Señora del Pino o el asilo de ancianos de las Hermanas de Los Ancianos Desamparados en Tafira y destacó por encabezar campañas especiales para ayudar a víctimas de catástrofes naturales.
4. Mercedes Pinto Armas de la Rosa y Clós
Nació en San Cristóbal de La Laguna el 12 de octubre de 1883. Fue conocida desde muy joven como «la poetisa canaria», ya que con apenas 14 años ya había obtenido galardones en diferentes concursos de ámbito regional. El hecho que marcó su trayectoria fue la innovadora ponencia que el 25 de noviembre de 1923 leyó en la Universidad Central de Madrid, El divorcio como medida higiénica, razón por la cual fue desterrada por orden del dictador Primo de Rivera.
En Uruguay dispuso de cargos especiales en el Gobierno, siendo la primera mujer oradora del gabinete. Fundó en su propia casa la Casa del Estudiante para la promoción cultural en amplios sectores sociales e inició la revista Vida Canaria. En 1926 escribió su novela más conocida, Él, que fue adaptada por Luis Buñuel al cine en 1952 y otras obras como Cantos de muchos puertos o Un señor cualquiera. Asimismo trabajó en revistas como Mundo Uruguayo y en el diario El Día y creó su propia compañía de teatro, la Compañía Teatral de Arte Moderno, en la que figura como asesora literaria y directora artística.
En 1933 se trasladó con su familia a Chile, donde conoció a Pablo Neruda, quien impresionado por su personalidad, le dedicaría unos versos. Fue en este país donde publicó su segunda novela, Ella, en 1934. Desde 1935 hasta 1943 residió en Cuba, donde efectuó una ingente tarea en defensa de la República española y ocupó el puesto de Educadora de Conferencistas.
Finalmente, en 1943 se instaló en México. Durante toda su vida, Mercedes desarrolló una intensa actividad como oradora y dramaturga, declarándose una gran defensora de los derechos de las mujeres, la clase obrera y la modernización de la educación. También residió algunas temporadas en Madrid, donde sus hijos empezaban a trabajar en el cine, donde incluso ella apareció como artista invitada en El coleccionista de cadáveres (Santos Alcocer, 1966) y Días de viejo color (Pedro Olea, 1967). A pesar de estas visitas esporádicas nunca permaneció mucho tiempo en la España franquista. Hasta el momento de su muerte, en 1976, mantuvo una intensa actividad periodística publicando sus últimas colaboraciones en el suplemento Jueves de Excelsior.
5. Lola Massieu
Dolores Massieu Verdugo, más conocida como Lola Massieu, nació en Las Palmas de Gran Canaria en 1921, destinada a convertirse en una de las mujeres que formaría parte de la primera generación femenina de la vanguardia en Canarias. Aprendió sus primeros pasos en el dibujo en la academia de su tío Nicolás Massieu y de la mano de su tío abuelo, Nicolás Massieu Falcón.
A lo largo de casi dos décadas, escondida a los ojos del público y de la crítica, Lola Massieu fue desarrollando las claves de su pintura. Se inició en la obra figurativa y después exploró la pintura contemporánea y el arte abstracto. A mediados de los años 50 comienza a frecuentar el entorno de la Escuela de Luján Pérez, iniciando una amistad con Felo Monzón que supondrá el impulso definitivo para la hasta entonces postergada salida de su obra de la intimidad del estudio. A partir de entonces se dedicó casi en exclusiva a la pintura.
Cofundadora del Grupo Espacio, ha estado presente en las principales galerías de las islas y ha sido reclamada en numerosas ocasiones en Madrid (Rayuela) y Barcelona (Museo de Arte Contemporáneo). Ha sido referente de generaciones de artistas canarios, que siempre han valorado la inmensidad de su obra, la riqueza de matices de colores y sobre todo, su humildad.