5 superpoderes que obtienes cuando vuelves de Japón

Japan
by GAZZ 4 May 2018

Viajar a Japón es una experiencia única no sólo porque se trata de un país con una cultura completamente diferente del resto del mundo, sino porque cuando vuelves a casa descubres, al menos en los primeros días, que has cambiado. Ya no eres el mismo. Ahora tienes superpoderes que te permiten ver y sentir cosas en tu barrio que nunca habías notado antes.

1. Hipersensibilidad

Lo primero que notarás es que ahora eres capaz de escuchar las conversaciones ajenas en lugares públicos. Donde en Japón apenas percibías susurros, de vuelta tu oído ahora es capaz de oír perfectamente a Paquita hablando sobre la vecina del cuarto a dos mesas de distancia. Mientras que en Japón dormías plácidamente sobre un colchón de silencio, ahora tu super audición te permitirá escuchar claramente cómo gente de fiesta canta y tira botellas en el callejón de detrás de tu casa a las cuatro de la mañana. Y por último, descubrirás cómo tu nuevo olfato sobrenatural es capaz de detectar el olor corporal de aquellos que te rodean en el metro en vez del frustrante aire estéril del país asiático. ¡Alucina!

2. Megavisión

Tu ojos son ahora capaces de detectar cosas que antes pasaban desapercibidas. Podrás detectar obstáculos como escaleras mecánicas o ascensores averiados con facilidad para calcular la mejor ruta, en vez de simplemente dejarte llevar por la fluidez y efectividad de las instalaciones niponas. Verás grafitis por todas, todas, todas partes. Tendrás la capacidad de discriminar rutas según según la limpieza, iluminación y seguridad que transmite una calle en lugar de simplemente caminar por donde sea como en Japón porque… ¡todas las calles eran frustrantemente igual de limpias y bonitas, maldita sea!

3. Ultraeducación

Tendrás que tener paciencia reaprendiendo a tratar con la gente. Tu hipersensibilidad detectará intensamente cualquier contacto físico no deseado y deberás recordar que gritar también sirve para hablar en bares y discotecas. Sentirás el ansia por agradecer su trabajo a cualquier persona que te ofrezca sus servicios por muy alto o bajo que sea su cargo con una reverencia que sorprenderá hasta al receptor y, sobre todo, descubrirás que no tendrás el ansia por dar una opinión agresiva porque has sentido lo bonito que es que todos se callen un poco y escuchen más. Bastante tendrás ya con aguantar todo lo que dicen los demás con tu superaudición.

4. Extrahumildad

Tu nueva condición de súper humano también te hará ver que las cosas se pueden hacer de otra manera. Verás a la sociedad como un infierno individualista cuyos logros personales no llevan tan lejos como el trabajo colectivo y desearás formar un equipo lo antes posible porque parece que nadie más que tú se ha dado cuenta. Tomarás conciencia de tu condición de pieza de engranaje para trabajar colectivamente un mundo mejor. Lucharás contra los egoístas que escuchan música con altavoces en lugares públicos, actúan sin tener en cuenta a quienes les rodean, criticarás la deshonestidad y predicarás con el ejemplo. Serás un ninja para tus vecinos, que se preguntarán si te ha pasado algo porque ya no te oyen. ¡Pues claro que ha pasado algo: has tomado consciencia de que la convivencia depende de todos, malditos!

5. Superconfianza

Volver de Japón te concede superpoderes, sí, pero a un precio. Tu kriptonita será tu desmesurada confianza hacia la sociedad, los desconocidos e instituciones que te rodean, lo cual te puede acarrear más de un disgusto. Deberás recordar volver a poner tu cartera en un lugar que no sea el bolsillo de atrás del pantalón o el bolsillo externo de la mochila. En fijarte bien en las tarifas del metro para no pagar de más, o quedarte corto y quedarte encerrado en la estación para tener que lidiar con el desconfiado personal de la estación, que te acusarán sin rubor de querer ir de listo. Donde en Japón hay soluciones para todo, en España es probable que tengas que aguantar el mítico proceso de queja, queja, pereza y reprimenda hasta poder salir del entuerto inintencionado en el que te metiste. Ojo.