Photo: Skripnik Olga/Shutterstock

6 películas que debes ver para entender el Día de Muertos en México

México
by Rulo Luna Ramos 30 Oct 2019

Macario (1960)

Macario es la joya de la corona cuando de trata de películas de Día de Muertos. Dirigida por Roberto Gavaldón y protagonizada por Ignacio López Tarso, Macario relata la historia de un campesino indígena de familia numerosa que vive en extrema pobreza durante la época de la colonia en México. El hambre que ha torturado a Macario durante toda su vida hace que tenga un sueño muy peculiar: comerse un guajolote entero sin tener que compartirlo con nadie. El cumplimiento de este sueño lleva a Macario a tener encuentros sobrenaturales con dios, el diablo y la muerte. 

 

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La película se desarrolla en un pueblo sin nombre —que en realidad es Taxco, Guerrero— durante los festejos del Día de Muertos y está llena de la iconografía y el surrealismo típico de estas fechas. La fotografía de Gabriel Figueroa es magistral y aunque la historia es bastante sencilla, la forma en la que refleja la identidad mexicana y el peso de las tradiciones la convierte en una de las obras más importantes del cine mexicano. 

Macario fue la primera película mexicana en ser nominada para los Premios de la Academia como mejor película extranjera, se exhibió en el Festival de Cannes y recibió varios premios en el extranjero por sus méritos técnicos y artísticos. En México no obtuvo los reconocimientos correspondientes ya que la entrega de los premios Ariel se encontraba en pausa indefinida —una pausa que se extendió de 1958 a 1972— por la falta de producciones nacionales de calidad.  

 

Calacán (1985)

Calacán es una de las películas infantiles más interesantes producidas en México. Luis Kelly es el director y escritor de esta obra que toma elementos del teatro, el cine musical y los espectáculos de títeres para desarrollar una película de corte experimental que además fue un éxito comercial en México. La película narra la historia de Ernesto, un niño que emprende un viaje para salvar el Día de Muertos de las garras de unos empresarios desalmados —representados como monstruos de piel verde y pelucas de payaso— que quieren sustituir las tradiciones mexicanas por calabazas de plástico. La mayor parte de esta historia ocurre en Calacán, un pueblo de Michoacán completamente habitado por calacas y en el que se manufactura toda la parafernalia de Día de Muertos en México.  

Calacán no desaprovecha ningún momento para retratar aspectos emblemáticos de la identidad mexicana y su historia se centra en la importancia de defender las tradiciones locales. La estética de todo el filme es muy peculiar y sus personajes rayan en lo surreal —la catalogaría entre esas películas infantiles que dan miedo, muy en el tono de Santa Claus (1959) de René Cardona—; sin embargo, es una película que marcó a toda una generación de niños mexicanos y una de las más grandes obras infantiles hechas en nuestro país para celebrar el Dia de Muertos. 

Calacán ganó cinco premios en el III Concurso Nacional de Cine Experimental y fue proyectada en varios festivales internacionales. 

 

Maclovia (1948)

Maclovia es uno de esos dramas monumentales que la Época de oro del Cine Mexicano produjo a diestra y siniestra. Dirigida por Emilio Fernández y protagonizada por María Félix y Pedro Armendáriz, Maclovia narra los infortunios de una pareja que no puede consagrar su amor por las diferencias sociales que existen entre ellos. La película está ambientada en la isla de Janitzio, el la zona lacustre de Michoacán, y dedica unos buenos diez minutos a retratar con lujo de detalle la tradición purépecha de la Noche de Muertos.

 

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Desde las primeras décadas del siglo pasado, el gobierno mexicano ya realizaba campañas para promover las actividades culturales —incluyendo los festejos de Día de Muertos— de la zona lacustre de Michoacán con el turismo nacional y extranjero. Películas como Maclovia y Janitzio (1935) se sumaron a estos esfuerzos de promoción turística y fueron parcialmente responsables de que las tradiciones de Día de Muertos en Michoacán se desarrollaran como el gran espectáculo público que conocemos hoy en día.

 

Día de Difuntos (1988)

Día de Difuntos es una película extraña y su descripción hace que la cataloguemos inmediatamente en ese agujero negro del cine mexicano que conocemos popularmente con el nombre de Cine de Ficheras. Es una producción ochentera de Televicine y los nombres son los que siempre adornaban las marquesinas en aquellos ayeres: Carmen Salinas, el Flaco Ibáñez, Pedro Weber Chatanuga, María Rojo, Ernesto Gómez Cruz, Resortes, Sergio Ramos… todos los de rigor. Es una de las últimas películas del director Luis Alcoriza, nominado al Óscar por Tlayucan (1962) y ganador del Ariel por Mecánica Nacional (1972).

La película transcurre en un panteón de la Ciudad de México y sigue de cerca a un conjunto de personajes que coinciden para las celebraciones de Día de Muertos. Las conversaciones entre los protagonistas son el núcleo de la película y pasan de la comedia al drama sin miedo al comentario social, al albur y a la crítica política. Día de Difuntos es una radiografía de la sociedad mexicana de finales del siglo XX y retrata de forma muy fidedigna uno de los elementos más personales del Día de Muertos, que es la celebración familiar que se lleva a cabo en los panteones.

 

Coco (2017)

Coco estuvo envuelta en una serie de controversias desde su estreno. Sus críticos más acérrimos hablaban de la romantización de símbolos mexicanos, de apropiación cultural y tampoco nos cayó muy bien la idea de Disney de querer registrar el nombre Día de Muertos; pero no podemos negar que el folclor y la cultura popular mexicana están representadas en Coco como en pocos otros lados. La estética de todas las escenas de la película nos remiten a México, sus tradiciones, su historia, sus personajes, pero principalmente a la fiesta de Día de Muertos. 

 

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Coco exportó el Día de Muertos a todo el mundo junto con todos sus símbolos. Las guitarras de Paracho, el cempasúchil, los alebrijes y el maquillaje de Catrina ahora son parte integral de la forma en la que el mundo entiende la identidad mexicana.  

 

Spectre (2015)

¿Una película de James Bond en esta lista? A pesar de que la temática de Spectre no tiene nada que ver con la tradición mexicana, hay que reconocer su influencia en las celebraciones modernas del Día de Muertos. El desfile que se presenta en las primeras escenas de este thriller de espías dio origen al desfile que la Ciudad de México organiza desde hace cuatro años y que se está instaurando como una de las nuevas tradiciones de estas fechas. A veces la realidad se adapta a la ficción y, para muestra, todas esas calacas monumentales que ya nos acostumbramos a ver cada año por Paseo de la Reforma. 

 

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