MUY CERCA DE LA FRONTERA con Paraguay, en el departamento de Santa Cruz, vive una comunidad que solo habla en alemán, no utiliza teléfonos móviles, son todos rubios y de tez clara y tienen pasaporte boliviano. Los menonitas de Bolivia encontraron hace varias décadas un lugar donde establecer sus comunidades y comenzar a cultivar sus tierras aislados del resto de la sociedad que les rodeaba y ahí residen aún, vestidos con sus ropas a la moda de hace cientos de años y manteniendo sus costumbres y tradiciones, que en poco o nada han cambiado desde que sus ancestros llegaron a América. Sus hermanos más próximos son los amish. Pero, ¿quiénes son ellos?
1. Anabatistas: la palabra clave
En el siglo XVI el sacerdote católico y holandés Menno Simons se unió a los anabatistas, una corriente del protestantismo que proclamaba la necesidad del bautismo adulto como forma de reafirmar la fe individual. Su capacidad de líder y sus escritos pro-pacíficos rápidamente le hicieron ganar muchos adeptos a los que se comenzó a llamar “menonitas”. Pronto se extendieron por otros países de Europa donde fueron muy duramente reprimidos y ejecutados por sus gobiernos, pues estaban en contra de la unión entre Iglesia y Estado y defendían el credo libre. Varios grupos se asentaron en Rusia pero con la llegada de Stalin al poder emigraron a Canadá y los Estados Unidos. De a poco se fueron estableciendo también colonias en Latinoamérica, siendo Belice, México, Bolivia, Uruguay y Paraguay los países con mayor número de menonitas entre sus habitantes.
2. El que no cumple, se marcha
Las normas de los menonitas bolivianos son muy rígidas y cuando uno de sus miembros las incumple debe abandonar su vestimenta, su iglesia y la comunidad a la que pertenece. Se supone que el uso de la violencia es el acto peor recibido por las comunidades menonitas aunque se han documentado casos de violencia graves en sus pequeñas comunidades. Los casos más sonados: el veterinario que dormía familias enteras para perpetrar violaciones y el del padre que enjauló a su hijo porque le pilló usando un teléfono móvil.
3. Las nuevas tecnologías están prohibidas entre sus miembros
Teléfonos móviles, ordenadores, e incluso microondas, lavavajillas y luz eléctrica son herramientas modernas que a los menonitas les están vetadas (aunque el comercio les ha hecho introducir algunas de ellas en sus vidas cotidianas). Entre otras razones, destaca su interés en mantenerse lo más fieles posibles al cristianismo primitivo, apoyándose en el autoabastecimiento y en la tradición para conservar su cultura.
4. Viven aislados del mundo por libre elección
Los menonitas no establecen relaciones de otro tipo que no sean comerciales con otros grupos étnicos. Sin embargo, son uno de los grupos sociales más prósperos de Bolivia, especialmente del departamento de Santa Cruz, cercano a la selva, donde se encuentran la mayoría de sus asentamientos. Se dedican principalmente a cultivar soja, maíz, sorgo y al ganado. Para conocerlos y entrar en sus tierras debes ser invitado o acompañar a alguien que lo haya sido o que transe con ellos. Las zonas en las que viven no tienen transportes públicos y no son precisamente las personas más hospitalarias ni cálidas del mundo…
5. Pertenecen a la misma rama del cristianismo que los amish norteamericanos, pero no son lo mismo
Se diferencian, principalmente, en que los Amish son irreductibles en relación con la tecnología: prohibida. Algunos menonitas, en especial las comunidades urbanas de otros países como Estados Unidos, usan teléfonos, visten con ropas occidentales e incluso han fundado sus propios medios de comunicación, e incluso en zonas rurales utilizan maquinarias para el trabajo agrícola. También se separan en sus interpretaciones de la enseñanzas bíblicas.
6. Se quedaron en Bolivia porque el gobierno les otorgó muchos privilegios, y su presencia todavía levanta ampollas
Especialmente en relación con la tierra, que ellos supieron aprovechar con brillantes beneficios. Esto también les ha acarreado una gran oposición dentro de los lobbies políticos y religiosos: se quejan de que los menonitas agotan los minerales de las tierras e instauran monocultivos, destrozando terrenos boscosos y que tienen beneficios tributarios por ser nómadas en busca de las mejores tierras.
7. ¿Son una secta?
Conviene diferenciar “secta” de “iglesia” en cuanto a los métodos que cada una utiliza para retener a sus miembros: las sectas separan al individuo de su comunidad y su vida cotidiana, mientras que la iglesia, en principio, se integra en su día a día. En el caso de los menonitas de Bolivia su organización es sectaria, pues utiliza el control y la presión social sobre el resto de la comunidad para impedir que sus miembros adopten nuevos modos de vida o abandonen ciertas tradiciones fundacionales. Si se considera una secta de facto o simplemente una comunidad con fuerte raigambre en sus creencias es algo que todavía no se ha concluido en los debates que se sostienen entre las comunidades religiosas (y que, probablemente, nunca quedará claro, por lo imposible que resulta generalizar en casos como éste).