1. Sientes culpa por sacrificar tiempo en familia para viajar.
Pude sentir la decepción de mis padres cuando les dije que no estaría en casa para Navidad. Y esa Navidad, cuando el resto de los mochileros en el hostel comenzó a celebrar las fiestas tomando alcohol en el patio, yo era la única skypeando con mi familia en la sala común. En familias como la mía, cada día festivo lo pasamos juntos, (casi) sin excepción. Elegir “abandonar” ese tiempo familiar por un viaje se convierte en una decisión difícil, cargada de culpa.