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7 datos que debes conocer antes de tu próxima visita a Teotihuacán

México
by Rulo Luna Ramos 5 Sep 2018

Teotihuacán, la ciudad donde los hombres se vuelven dioses, es una de las joyas arqueológicas más importantes de México y el mundo. Una visita a las pirámides puede tener muchos fines, desde recibir la energía del universo que algunos afirman se concentra en la cúspide de la Pirámide del Sol, hasta intentar subir los doscientos y pico escalones de la Pirámide de la Luna como cuando eras niño —solo para descubrir que los años no pasan en balde. Pero una visita a Teotihuacán puede ser mucho más interesante poniendo algunas cosas en contexto. Aquí te dejo una colección de datos que harán tu experiencia más memorable y que puedes usar para apantallar a uno que otro guía de turistas de la zona.

 

1. La Pirámide de la Luna y el Cerro Gordo

Cuando uno camina hacia la Pirámide de la Luna resulta prácticamente imposible no darse cuenta que el cerro que se encuentra detrás la enmarca perfectamente. Esto no es coincidencia. La ciudad se construyó tomando en cuenta dos ejes muy bien definidos y la gran mayoría de los edificios respetan esta orientación. De hecho, si ves un mapa aéreo de la zona, te darás cuenta que Teotihuacán es una gran cuadrícula.

El eje este-oeste de la ciudad está dictado por el lugar donde se pone el sol el 12 de agosto y el 29 de abril, fechas que marcaban el inicio y el fin del calendario ritual mesoamericano de 260 días. El eje norte-sur está definido por la cúspide del Cerro Gordo, que es el punto más alto que se distingue en todo el valle.

2. ¿Y dónde vivía la gente o qué?

Esta es probablemente la pregunta que más frecuentemente se escucha al caminar por la Calzada de los Muertos. Y es lógico que los visitantes se cuestionen estas cosas al estar rodeados de estructuras de proporciones monumentales que nada tienen que ver con lo que concebimos como una casa. En Teotihuacán si vivía gente, de hecho vivía muchísima gente. Tanto así que es considerada una de las ciudades más pobladas del mundo antiguo, con estimados que van de los 150 a los 250 mil habitantes durante su apogeo.

Los teotihuacanos vivían en complejos departamentales que albergaban a varias familias, tenían un solo piso y patios interiores en los que había pequeños templos. Estos complejos permitían a los teotihuacanos tener su dosis de privacidad, incluso viviendo en una ciudad tan densamente poblada; algo poco común en otras ciudades de la época. A la fecha se tienen registrados cerca de dos mil de estos complejos departamentales. Algunos de los más importantes —y que se encuentran abiertos al público— son Tepantitla, Tetitla, Atetelco y La Ventilla, una buena opción para una visita no tradicional a Teotihuacán.

 

3. La unidad de medida teotihuacana

Así como nosotros usamos el metro, los teotihuacanos usaban una medida estándar que equivale a unos 83 centímetros. Podemos encontrar evidencia de esta unidad de medición en prácticamente cualquier estructura de la ciudad, pero su verdadera importancia está en que nos revela la precisión y el simbolismo detrás de la planeación de Teotihuacán.

La Pirámide del Sol originalmente medía 260 unidades por lado, que es, nuevamente, la duración del calendario ritual mesoamericano. Por otro lado, el edificio que antecedió a la Pirámide de la Luna medía cerca de 105 unidades por lado. Unidas, las dimensiones del sol y de la luna completan el calendario solar de 365 días. De forma similar, las proporciones de la Ciudadela están relacionadas con los ciclos de Venus. Prácticamente todos los eventos astronómicos relevantes para los teotihuacanos están representados en uno u otra forma en la disposición de los edificios de la ciudad, incluso los eclipses.

 

4. Los ritos de la creación en la Ciudadela

La Ciudadela es tal vez la estructura más infravalorada por los visitantes de Teotihuacán; sin embargo, el enorme espacio que contiene a la Pirámide de la Serpiente Emplumada, era el centro ritual más importante de la ciudad, aunque la verticalidad y el tamaño de las pirámides nos hagan pensar lo contrario.

Ubicada en el extremo suroeste de la Calzada de los Muertos, la Ciudadela —llamada así por los españoles, que la consideraron una fortaleza— simbolizaba los elementos más importantes de la cosmogonía teotihuacana. Bajo su superficie se encuentra un túnel que representa el inframundo y probablemente fue el punto más sagrado de la ciudad en algún momento. Pero la importancia ritual no sólo estaba bajo tierra.

La enorme plaza era el sitio en el que periódicamente se realizaba una representación del mito de la creación. Todo el complejo se inundaba para representar el océano primordial —el espacio vacío que existía antes de que los dioses se pusieran las pilas. La Pirámide de la Serpiente Emplumada representaba la primera montaña, el centro del universo y el origen del tiempo. Buena parte de la población —si no es que toda— acudía a presenciar este impresionante evento en el que sus creencias quedaban más que reforzadas.

 

5. ¿Y el juego de pelota?

Una de las primeras construcciones que te reciben en cualquier zona arqueológica de México son las canchas de juego de pelota. La importancia de estas estructuras está relacionada con la importancia ritual que este juego tenía en las culturas mesoamericanas. Es por eso que Teotihuacán destaca por no tener una cancha que corresponda con la magnificencia de sus demás estructuras.

Hace un par de años se descubrieron los restos de la primera cancha de juego de pelota en la zona arqueológica. Se encontraron muy cerca de la Pirámide de la Serpiente Emplumada, corresponden a una fase temprana de Teotihuacán y hay evidencia de que la estructura fue destruida por los mismos teotihuacanos. Este descubrimiento se suma a representaciones del juego en distintos murales alrededor de la ciudad. En Teotihuacán se conocía el juego, pero por alguna razón no parece ser tan protagónico como en otros sitios.

Algunas hipótesis dicen que el juego de pelota en Teotihuacán no se practicaba en canchas, sino que se colocaban marcadores en las esquinas de las plazas públicas cada que había juego. Es probable que esto sea cierto o que los teotihuacanos hayan suplido el ritual del juego con alguna otro evento. También puede ser que por ahí se encuentre una gran cancha esperando a ser descubierta.

 

6. Una antigua ciudad cosmopolita

Aunque el origen de los fundadores de Teotihuacán sigue siendo un tema en discusión, lo que sí se sabe es que la ciudad contaba con habitantes procedentes de otras culturas. Teotihuacán creció exponencialmente durante sus primeros siglos y esto pudo haberse debido a migraciones procedentes de otras zonas del Valle de México, pero también a la llegada de migrantes de regiones más lejanas. La presencia de mayas y zapotecos era tan importante, que incluso tenían sus propios “barrios” dentro de la gran urbe.

 

7. La Calzada de los Muertos

El ominoso nombre de la avenida principal se lo debemos a una reinterpretación que viene de tiempos de los mexica, quienes estaban muy familiarizados con la ciudad aunque no la comprendían del todo. Los habitantes de Tenochtitlán —para quienes Teotihuacán era un sitio sagrado— pensaban que los edificios que rodean a la calzada en la mayor parte de su longitud, eran estructuras funerarias.

Actualmente se sabe que la Calzada de los Muertos y los grandes monumentos que la rodean eran el centro cívico y religioso de Teotihuacán. Sobre las estructuras laterales se levantaban templos, muchos de los cuales fueron destruidos durante los eventos que sucedieron alrededor del colapso de la ciudad… pero esa es otra historia.

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