Agarra un guajolote vivo, tómalo de las piernas, póntelo arriba de la cabeza o debajo del brazo y baila con él.
Con eso ya eres un maestro del baile del guajalote. En algunas bodas de la ciudad la tradición se mantiene, pero el pavo vivo se sustituye por un muñeco de peluche. No estoy segura de qué es más divertido para ver, pero supongo que el pavo prefiere la segunda opción.