7 motivos por los que no debes ir a Canarias en invierno

Islas Canarias
by GAZZ 24 Jan 2018

1. Hace calor

Te bajas del avión ilusionado con pasar el invierno en las islas y te encuentras con que la inversión insular en frío es más que deficiente. Temperaturas que varían entre los 15 y 25 grados centígrados te harán pasar un jet lag estacional que acaba con los ánimos invernales de cualquier viajero poco avispado. Afortunadamente la noche puede traer algo de consuelo ya que el clima desértico es bastante abrupto pero sólo podrás disfrutarlo si tuviste cuidado con no quemarte durante el día, que esa es otra.

2. Vas a gastar más de lo previsto

Pensaste que ir en temporada baja te iba a beneficiar porque las temperaturas no acompañan, los billetes eran un poco más económicos y te ibas a pasar el día en la habitación gozando de mantita. Luego te encuentras teniendo que comprarte un bañador, crema solar, unas cholas y dejando la mayoría de lo que trajiste en la habitación porque en las islas sencillamente no saben pasar frío. ¿Sabes lo que te vas a gastar en comidas y bebida en terrazas con el tiempo que hace ahí? Una vergüenza, te lo digo.

3. Hay menos gente

Encima vas a playas y sitios míticos y hay menos gente que de costumbre. ¡No hay ambiente! Donde está ese gentío, ese runrún, las colas, los guiris dando la nota con sus elecciones estilísticas… tal vez tengas suerte pero la mayoría de las veces te encontrarás playas, pueblos y paisajes desiertos, para que los sufras en silencio y calma a tu gusto y con quién quieras, una cosa de locos. Encima que el tiempo invita a salir, nadie invade tu espacio vital. Que bajón.

4. Lo que haces allí no interesa

Claro, mientras el resto de España disfruta de un maravilloso invierno a ver si tienes el valor de subir una foto en la playa. No interesan esos temas fuera de temporada, el verano ya pasó, te quedaste atrás, eso es así. Porque el invierno es para quejarse del frío, las nevadas, las lluvias… y tú ahí sin poder aportar nada a la conversación, con tu piel color cobre, pasando los días al aire libre. Entre eso y la brutal diferencia horaria de una hora menos, vas a caer en el vacío social más desgarrador.

5. Te vas a desubicar

Piénsalo. Los que visitan Canarias suelen decir que es un lugar único, irrepetible. Un entorno completamente nuevo para el que no estás preparado. ¿Existe algo más terrorífico? Cómo voy a saber qué me espera, todo el día una sorpresa tras otra no sé yo si es lo más aconsejable si la idea inicial era relajarse. Que dicen que eso también pero tal y como lo venden, ya no me fío. ¡Pero si ni la hora es la misma!

6. La gente es muy rara

Para empezar, están todo el día contentos. Y hablan mucho. Aquí la gente cuando se cruza por la calle con un amigo pasan más tiempo saludándose que lo que tardan unos amigos en Madrid… ¡cuando quedan! También he visto que cuando dos personas se cruzan solas por la calle suelen saludarse amablemente. Por la cara. Todo el mundo te saluda y conversa: el taxista, la cajera, el camarero… hasta a veces te hacen reír. Una cosa muy extraña.

7. Celebrar las fiestas allí no es lo mismo

Si te cuadra ir en temporada navideña, notarás la debacle. Olvídate de nieve, que como bien comenta el cómico Kike Pérez sólo aparece en las tiendas en forma de polvo de spray (que alguien explique esa decisión estilística en un sitio donde nadie ha visto nieve jamás). Los únicos muñecos que podrás hacer son de arena. Encima, si estás lejos de la familia, te vas a perder las acongojantes anécdotas y comentarios de tu cuñado. Y de tus padres. Y en cuanto a fin de año… ¿Dónde se ha visto eso de celebrar la llegada de un nuevo año dándote un chapuzón en el mar el primer día de enero? Luego encima hay que secarse al sol.

Conclusión

Ir a Canarias en invierno está mal porque es escapar del invierno. Recomendable sólo si te gusta ir a contracorriente o si eres capaz de aguantar más verano de lo normal al año. Pero no todo está perdido, si ya estás allí hay esperanza ya que hay algunos enclaves como por La Laguna (Tenerife) donde aún tienen algo de cordura y han invertido en microclimas fríos aleatorios que van y vienen para acoger a viajeros climatológicamente perdidos en un pequeño oasis nublado, lluvioso y fresco. Pero nadie te puede garantizar que el sol no haga de las suyas en cualquier momento, ojo.