Hace un año y medio, una compañera de trabajo me animó a apuntarme a pole dance. Y, sinceramente, después de ver un millón de veces el videoclip de Bruno Mars “Gorilla”, yo ya venía animada de casa.
1. Espacio no mixto, libre de la mirada masculina
Las clases de pole dance suelen ser espacios no mixtos, aunque no de manera oficial. Salvo algunas excepciones, somos un grupo de mujeres entrenando, riendo, haciéndonos amigas y ayudándonos entre nosotras. Con lo que cuesta encontrar un espacio no mixto y que te lo respeten, donde puedo practicar un deporte que me apasiona me parece un lujo y una de las principales ventajas del pole dance sobre otras actividades deportivas.
Sin la mirada masculina heterosexual sobre nosotras, somos libres de agitar el culo y petardear todo lo que queramos en las clases de twerking, por ejemplo. Y si el sujetador de deporte te traiciona mientras cuelgas del revés, tampoco es un drama.
2. Te reapropias de tu cuerpo
Al ser un espacio no mixto, practicamos pole dance libres de la mirada masculina. A lo largo del año y medio que llevo haciendo pole dance, he ido reapropiándome de mi cuerpo. Verme durante una hora y media cada semana delante de un espejo, vestida sólo con un sostén de deporte y unos shorts minúsculos, subida a una barra, haciendo cosas de las que nunca me hubiera imaginado capaz, me ha ayudado a cambiar mi forma de valorar mi cuerpo.
¿Qué más me da lo que opine un tío de mi cuerpo si soy capaz de invertir en shoulder mount? Que no lo soy, pero puedo soñar, ¿no?
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3. Sororidad
Es casi imposible aprender a hacer pole dance sin la ayuda de tus compañeras. A menudo necesitamos trabajar en grupo para no caernos, para recordarnos cómo sigue un combo cuando estamos del revés y ya no sabemos dónde está la derecha y la izquierda, para corregir nuestra postura, para hacernos una foto cuando clavamos una figura, para darnos un empujoncito cuando nos pesa el culo y para animarnos a seguir intentándolo.
En un mundo que nos empuja a competir entre nosotras, cooperar entre nosotras y hacernos amigas es un acto radical de lucha contra el patriarcado. Y, para qué negarlo, tener amigas es lo mejor del mundo.
4. Te empoderas y pierdes el miedo
Hacer pole dance es una experiencia súper empoderante a nivel físico. Te pones muy en forma y trabajas todo tu cuerpo; mejoras tu flexibilidad, el movimiento de tus articulaciones, ganas coordinación, concentración y muchísima fuerza. Vas ganando confianza en la capacidad de tu cuerpo y perdiendo el miedo a las figuras más difíciles.
Esta confianza en tu cuerpo también la ganas a la hora de responder a una agresión machista. Poco a poco vamos perdiendo el miedo y nos sentimos menos vulnerables en los espacios públicos. Personalmente me siento mucho más fuerte, preparada para responder a las agresiones y mucho más segura.
5. Resignificación del pole dance y el estigma del striptease
El pole dance está tradicionalmente asociado con el mundo del striptease, con el estigma que eso conlleva, aunque se ha ido desvinculando del trabajo sexual y ha empezado a aceptarse como el deporte que es. La aceptación cultural del pole dance como deporte, resignifica y redignifica el striptease y el baile erótico en barra, ya que se deja de considerar un baile fácil y sin valor y empezamos a atribuirle el mérito que merece.
El hecho de que se baile en ropa interior en general está en el centro de las críticas machistas a este deporte. Invito a todos los machirulos a intentar subirse a una barra vestidos y que me expliquen cómo puedes aguantarte sin que la barra se pegue a tu piel.
6. Seguridad en ti misma
Como resultado del proceso de empoderamiento y reapropiación de tu cuerpo, suele aumentar muchísimo tu confianza en ti misma. Te sientes más capaz y, al dejar un poco de valorar tu cuerpo en función de la mirada masculina, empiezas a inmunizarte un poco a las exigencias estéticas que nos llegan por todas partes.
7. Rompes tus esquemas tradicionales de belleza
En las clases de pole encuentras cuerpos muy diversos y que no siguen los cánones de belleza establecidos. Cuando pasas horas acompañada de estas mujeres que hacen cosas increíbles con sus cuerpos, los cánones de belleza tradicionales se quedan muy cortos. ¡Todos los cuerpos son cuerpos perfectos!
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