1. Chapulines
Cuando visité Oaxaca por primera vez, la idea de comer chapulines me daba asco. Sin embargo, ahora me compro una bolsita cada vez que voy al mercado. Los puedes comer con guacamole o sobre una tostada o directamente de la bolsa, como si fueran papitas. Son una deliciosa botana con un toque de chile y sal y por si no fuera poco, están llenos de proteínas.