Gracias al imaginario colectivo, las lagunas mexicanas se han relacionado con seres sobrenaturales y eventos inexplicables, convirtiéndose en sitios misteriosos que atraen a muchísimos visitantes. Dicen que toda leyenda tiene algo de verdad, pero nadie mejor que tú para comprobarlo o, de menos, echar a volar la imaginación. Ve preparando tu viaje para conocer estas ocho lagunas encantadas de México.
1. Laguna Zirahuén
Las diferentes tonalidades de esta laguna michoacana y los densos bosques que la rodean ofrecen un paisaje fuera de serie, el cual se puede disfrutar pasando la noche en alguna de las cabañas ecoturísticas de los alrededores.
Cuentan los lugareños que mientras las tropas españolas pasaban por Zirahuén después de conquistar Tenochtitlán, uno de sus capitanes quedó embelesado al conocer a Eréndira, una princesa purépecha de gran belleza a la que decidió secuestrar. Eréndira cayó en depresión y en su desesperación pidió ayuda a los dioses para escapar. Los dioses intercedieron y utilizaron las lágrimas de la princesa para crear la laguna de Zirahuén.
Eréndira se convirtió en sirena y logró escapar de su cautiverio hundiéndose en las profundidades de la laguna. Los pescadores de la zona aseguran que Eréndira aún se les aparece de vez en cuando para encantar a los desprevenidos.
2. Alchichica
Esta es una de las lagunas más espectaculares del estado de Puebla. Pertenece a la serie lagos volcánicos de la cuenca oriental del estado y debido a sus características salobres, esta laguna posee un ecosistema único que permite la sobrevivencia de la salamandra mexicana y una colonia de estromatolitos —los antiguos microorganismos que produjeron el oxígeno en la Tierra.
Es una laguna digna de foto, ya que sus colores y el paisaje circundante son espectaculares. Las personas que viven en los alrededores cuentan que dentro de la laguna se llegan a observar luces en movimiento al anochecer. Lo que ha llevado a muchos a pensar que se trata de una posible base de seres extraterrestres.
3. Laguna de Catemaco
En la lista de lagunas encantadas no puede faltar la laguna protegida por los brujos más poderosos de México. Junto con el crecimiento de la comunidad de curanderos, hechiceros y chamanes que le han dado fama a Catemaco, también han surgido leyendas que impregnan a la laguna de misticismo.
Una de las historias más contadas es sobre la aparición de la Virgen María en la cueva El Tegal, ubicada al margen de esta laguna veracruzana. Supuestamente la virgen dejó sus pies plasmados en una roca que todavía se encuentra ahí, antes de convertirse en la estatua que se venera al interior de la cueva.
4. Santa María del Oro
Esta laguna es también uno de los paisajes más bellos de Nayarit. Se trata de un espejo de agua dulce —con colores que van del turquesa al verde esmeralda— dentro de la caldera de un volcán extinto. Está enmarcada por bosques de pinos que tapizan la parte alta de sus las laderas, mientras que en sus márgenes la flora se vuelve tropical.
El origen mítico de la laguna se remonta a la época prehispánica. Se cuenta que las lágrimas de un guerrero y una princesa de reinos enemigos causaron el brote de sus aguas. El romance entre ambos fue castigado por el padre de la princesa, quien los separó y condenó a muerte.
Para apreciar mejor la belleza del lugar se puede rentar un kayak e incluso practicar ski acuático. En los alrededores también existen pozas de aguas termales, famosas por sus propiedades medicinales y los restaurantes locales ofrecen una de las especialidades nayaritas más suculentas: el chicharrón de pescado.
5. Lagunas de Zempoala
Zempoala es uno de esos lugares que cada fin de semana recibe la visita de decenas de familias chilangas en busca de un día de campo y de paso clavarle el diente a unas buenas quesadillas. Sin embargo, hay quienes aseguran que los bosques que rodean estas lagunas están encantados. No son pocos los campistas que han pasado la noche en la zona y aseguran haber escuchado cosas extrañas alrededor de los campamentos e incluso haber visto a seres humanoides del tamaño de un niño pequeño hurgando entre las bolsas de comida que dejan visitantes. ¿Será?
6. Laguna de Camécuaro
Las lagunas de Michoacán son semillero de leyendas magníficas y Camécuaro no es la excepción. Su nombre quiere decir lugar de la amargura oculta en lengua purépecha y tiene una historia que lo sustenta.
La leyenda hace alusión al amor que había entre la princesa Huanita y Tangáxoan, un miembro de la nobleza purépecha. De acuerdo con los relatos, Huanita fue secuestrada por un sacerdote purépecha quien la mantuvo escondida lejos de Tangáxoan. Huanita lloró tanto que sus lágrimas formaron la laguna de Camécuaro. Esto delató al sacerdote y reveló el sitio donde yacía secuestrada. Tangáxoan se puso en camino para liberar a su amada y asesinó al captor de Huanita de un flechazo. La flecha siguió su trayectoria hasta clavarse en un sabino donde brotó un manantial que jamás se ha secado.
Algunos bañistas dicen haber sentido que alguien les sujeta los pies al adentrarse en la laguna. Para los lugareños, se trate de la hermosa princesa que intenta llevarlos con ella para siempre.
7. Laguna de Aljojuca
La laguna de Aljojuca se encuentra a 75 kilómetros de la ciudad de Puebla y cubre un cráter volcánico de un kilómetro de diámetro. Tiene la escalofriante profundidad de 400 metros y es quizá una de las lagunas más trágicas y misteriosas de México.
Esta laguna ha cobrado la vida de varias personas, lo más extraño es que todas sus víctimas han sido hombres, pese a que también ha habido mujeres que han estado cerca de ahogarse en sus aguas. Algunos cuerpos nunca fueron recuperados y muchos lo atribuyen a la sirena que supuestamente habita la laguna y encanta a los hombres con sus cantos hasta hacerlos entrar en el agua.
Se dice que la sirena era una pastora de la región que murió ahogada en la laguna mientras buscaba la fuente de agua que hacía que su ganado regresara mojado cada tarde. Al encontrar la laguna quedó estupefacta por su belleza; sin embargo, al nadar en ella fue devorada por su profundidad.
Algunos personas también cuentan haber visto bolas de fuego cruzando la laguna. Muchos dicen que son brujas porque se oyen sus carcajadas mientras vuelan sobre el cuerpo de agua.
8. Bana-Vil
La laguna de Bana-Vil se encuentra en Tenejapa, Chiapas, y su leyenda es parte de la tradición oral del pueblo tzeltal. Durante muchos años, los pobladores de Tenejapa han difundido la historia de una niña cuyo llanto no se parecía al de ningún otro bebé.
“Sul-sul” era lo único que se podía escuchar a través de sus lágrimas. La preocupación de sus padres los hizo llevarla con diferentes curanderos de la región, aunque el diagnóstico de todos era que la niña estaba bien. Desesperados, los padres recurrieron al cura del pueblo, quien les recomendó meterla en cualquier charco que encontrarán en el campo.
Cuando lo hicieron, notaron como las aguas de ese charco se multiplicaban. Atónitos, decidieron llevarla a una laguna cercana en donde al sumergirla, notaron que el ombligo de su hija había desaparecido. Cuando la niña volvió a la superficie había dejado de ser un bebé y su apariencia era la de una niña de seis años.
La niña le comunicó a sus padres que no podía volver con ellos a casa, pero necesitaba que la llevaran a otro paraje. Se dirigieron hacia un cerro cercano a Tenejapa en cuya cumbre yacen tres cruces junto a una cueva. Aquí, un hombre salió a su encuentro y llevó a la niña hasta la laguna de Bana-Vil. Al regresar de la laguna, el hombre de la cueva dijo a los padres que su hija —la sirena virgen— se había convertido en su esposa y les obsequió dos bultos de monedas de oro con los que podrían vivir tranquilos el resto de sus vidas. La sirena pidió a sus padres no afligirse y dejarla partir según su deseo. Así quedó sellada la leyenda de la sirena virgen de Bana-Vil.