El Mundial organiza las agendas y prioridades
En Buenos Aires el Mundial funciona como un gran organizador temporal. Durante ese mes, las agendas dejan de girar en torno al trabajo, el estudio, los cursos o las reuniones y la vida empieza a regularse en función del Mundial, que pasará a ser lo único imperdible, innegociable e inamovible. Exámenes, turnos médicos, cirugías y demás nimiedades pueden reprogramarse sin problemas. Pero los partidos son los partidos y las prioridades hay que respetarlas.