1. ¡Lleva toda la pasta de dientes que necesites!
España es el infierno de los dentistas o al menos lo era cuando Richard Ford publicó su «Manual para viajeros por España y lectores en casa» en 1845. Según Ford, los españoles usan tan poco sus cepillos de dientes y sus polvos para dientes “que harían desmayarse a cualquier dentista”. No es la única recomendación de higiene y salud que hace Ford. Lo mejor es llevarse a la España del XIX un botiquín de bolsillo con todas las cosas que uno necesitará, incluida quinina para la fiebre. Mejor tener que tirar luego los medicamentos que no uses a la cuneta que tener que acudir a un médico español…