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9 costumbres mexicanas bien arraigadas y muy controvertidas

México
by Rulo Luna Ramos 31 May 2018

El papel de baño

Empezamos por una de las costumbres que divide de forma más equitativa a la población mexicana. De un lado, están los que abogan por el papel en el cesto de basura y por el otro los que defienden la práctica de tirarlo al inodoro. Personalmente, debo decir que siempre he tirado el papel al baño y después de casi cuatro décadas de práctica contínua, todavía no he echado a perder las instalaciones de ninguna casa, restaurante u oficina. De hecho, hace unos años me encontré con una campaña de la UNAM que incentivaba esta práctica y hablaba sobre los riesgos sanitarios de tener un cesto para el papel de baño.

Tal vez mi baño esté a punto de estallar mientras escribo estas líneas o tal vez tirar el papel en el cesto es una práctica heredada de tiempos en los que el drenaje y las instalaciones sanitarias no eran las adecuadas. Me inclino a creer que mi práctica es la más higiénica, pero habrá quien abogue por la alternativa. Si no me creen, vean los comentarios que seguro se están poniendo buenos.

 

El coheterío

Todo mexicano ha despertado a mitad de la noche en medio del ruido de las explosiones nada discretas de una peregrinación. La quema de cohetes en México es una práctica de lo más común y está asociada con muchísimas festividades cívicas y religiosas. Aunque existe una Ley Federal de Pirotecnia, los usos y costumbres de la población tienden a imponerse sobre todo tipo de regulación. La pirotecnia es parte fundamental de la identidad y el folclor en México, pero también es una fuente de contaminación auditiva y ambiental que suele estar asociada con accidentes mortales y discapacitantes.

 

El doble sentido

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El albur en México puede ser todo un arte y una forma única de jugar con el lenguaje, pero también puede ser un verdadero dolor de cabeza. Me parece que el doble sentido puede llegar a tener toques divertidos cuando se usa de manera moderada y en situaciones adecuadas, pero todos hemos estado con ese grupo de personas frente a las cuales no se puede decir nada sin que sea sexualizado y usado en tu contra. Cuando la jerga de una plática abunda en connotaciones sexuales, no sólo se pierde la gracia del albur, también se pierde la conversación.

 

La cerveza barroca

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La michelada, ¿pecado contra la cerveza o regalo de los dioses contra la cruda? En esto ni yo mismo me pongo de acuerdo. Aunque el ambiente cervecero en México ha cambiado mucho en los últimos años, la típica cerveza mexicana es clara y ligerita, de esas que se llevan bien con muchas cosas. No le veo el mayor problema a transformar una de estas cervezas en un cóctel hidratante que ayuda a sobrellevar los estragos de la cruda… pero una cosa es el limón y la sal y otra las barbaridades que se pueden encontrar hoy en día en negocios especializados en micheladas. Por otro lado, nunca intentaría hacer una michelada con una cerveza más fuerte… porque pobre cerveza, pero también porque seguramente sabría muy feo. Que la michelada dependa del criterio de cada quien, ¿no?

 

Los toques

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Si es noche de fiesta en México, no tardará en aparecer ese singular personaje con una cajita pegada a dos tubos de metal. El señor de los toques anda tras grupos de amigos entrados en copas que quieran demostrar su aguante frente a una corriente eléctrica que puede alcanzar los 120 voltios. Es una tradición bastante extendida en el centro del país y la experiencia suele ser bastante divertida, pero los mismos toqueros tienen una que otra anécdota de alguien que no aguantó y… pues se desmayó.

Claro que someterse a corrientes eléctricas puede tener sus beneficios, siempre y cuando se realice de forma controlada y con ayuda de personal capacitado; pero por otro lado, un “toque” podría tener severas repercusiones para alguien que presente alguna cardiopatía de la que no esté consciente.

 

El escándalo de las calles de México

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Sabes que estás en México por como suenan sus calles. No importa si estás en una gran ciudad o en un pueblito. El gas, los tamales, los bocinazos de los que van tarde al trabajo, el radio a todo volumen en la construcción de junto, la campana de la basura, el carrito de los camotes… México es escandaloso y que no quede duda al respecto. Este ambiente sonoro es parte innegable de nuestra identidad. Los mexicanos hemos aprendido a sobrellevarlo y muchos extranjeros lo encuentran de lo más curioso. Pero detrás de los gritos de súbale, lleva lugares, se encuentra una verdad innegable, los mexicanos no tenemos la más mínima idea de lo que es contaminación sonora y sus consecuencias.

Los niveles de ruido en la Ciudad de México están por encima de los recomendados por la Organización Mundial de la Salud para mantener una calidad de vida aceptable y aunque se han hecho esfuerzos para mejorar el espacio público y reducir el ruido en la ciudad, todavía estamos a muchos decibeles de una ciudad con un ambiente sonoro adecuado.

 

La atención desmedida a los extranjeros

Algunos le dicen malinchismo, otros lo ven como un rasgo de la hospitalidad que caracteriza a los mexicanos. El punto es que en México normalmente se atiende de forma extraordinaria al turismo extranjero en comparación con el trato que reciben los nacionales. Sin embargo, esto se equilibra a la hora de hacer cuentas, ya que el trato amable y exclusivo viene generalmente asociado a una alza en el costo de productos y servicios. No por nada decimos que nos vieron cara de gring@s cuando nos piden las perlas de la virgen a cambio de algún recuerdito en el mercado de artesanías local.

 

El tiempo a la mexicana

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¿Falta de respeto al tiempo de los demás o una muestra de un ritmo de vida más relajado? Estas dos opiniones se pelean la patria potestad del bien llamado tiempo a la mexicana. Más allá de las opiniones y las excepciones, es un hecho que los mexicanos no somos los más puntuales del mundo. Vale la pena hacerse a la idea de las convenciones temporales en México aún si no quieres deshacerte de tu propia puntualidad.

 

¿Mande?

Así se contesta en México… ¿o no? ¿Se trata de una expresión asociada con una actitud servil o es una simple forma de cortesía? Sin meternos en la validez histórica y sintáctica que pueda haber tras las opiniones al respecto, lo cierto es que esta es una expresión sumamente asociada con la identidad mexicana y, pese a todo lo que se le pueda imputar, nunca le ha hecho mal a nadie. Algunos mexicanos traemos el mande en automático y otros no, pero dudo que eso venga correlacionado con una actitud de sometimiento. Este es uno de esos debates con una solución simple, ¡que cada quien conteste como se le pegue la gana!