1. Crees que ese paraguas te durará hasta mayo.
Has invertido en uno bueno y te imaginas caminando orgulloso en mitad de una tormenta con tu paraguas intacto. ¡Iluso! Los paraguas en Galicia no sobreviven. Acabarás con varillas rotas y con él en la basura. Y si de verdad tienes un paraguas de esos buenísimos e irrompibles también te quedarás sin él: un día saldrás del restaurante en el que has comido y no lo encontrarás en el paragüero. Los paraguas buenos son un bien comunitario.