Elimina todo el acento que puedas tener al hablar. Los bogotanos hablamos en “neutral” (no por nada la Real Academia Española dice que en esta ciudad se habla el español de verdad).
Carga gafas de sol y paraguas en tu mochila o bolso para estar siempre listo para el cambiante clima de Bogotá.
Además, alista chaqueta y bufanda, y prepárate mentalmente para un clima frío correspondiente con nuestros 2.600 metros de altura. Sé consciente de que cuando quieras clima de piscinas, deberás ir hasta Melgar (Tolima) a 3 horas de la ciudad.
Retoma el hábito de andar en bicicleta como transporte ideal, no sólo para hacer ejercicios.
Y demuestra tu amor por la ciclovía contándole a todo extranjero que conozcas que “Bogotá tiene la ciclovía más larga de Sudamérica”.
Haz planes de familia para disfrutar el paisaje del parque de la Florida en el fin de semana, alistando la carne y las ollas.
Sube a Monserrate. Bogotano que se respeta ha subido al cerro y ha conocido la basílica al menos una vez en su vida.
En el desayuno, acompaña el café o el chocolate con pan con una buena changua con huevo para tener energía para todo el día.
Adopta lo anterior como plato favorito indiscutible para el desayuno, el ajiaco para el almuerzo y el chocolate con queso para las onces.
Y de camino a casa después de un día largo, engaña al estómago con chocorramo.
Corre la media maratón en agosto por lo menos una vez en tu vida.
Pasa por la experiencia de ir en plan de amigos a beber chicha y escuchar cuenteros en el chorro de Quevedo.
Deja de lado los regionalismos y abre tu mente para la multiculturalidad de la ciudad.
Deja de lado toda actitud que pueda ser tomada como “confianzuda”. Adopta, en cambio, una manera de ser que mezcla la seriedad, la frescura y la buena actitud.
Lo anterior implica que debes ser respetuoso a la hora de contestar, aunque personas de otras ciudades lo confunden con frialdad y seriedad. Palabras como “usted”, “si señor o señora”, “gracias”, “buenos días” y “buenas noches” son repetidas incansablemente en el hablar capitalino.
Vístete con elegancia y a la moda. Además, elige apropiadamente tu pinta para cada ocasión y lugar.
Si además de convertirte en bogotano, quieres ser un buen bogotano… conoce la historia de la capital y replícala, contando a tus invitados sobre lugares y hechos históricos de Bogotá.
Critica siempre a quienes no respetan las calles de Bogotá y rechaza de plano sus malas costumbres. Para un bogotano, la ciudad lo es todo, así que una ofensa a la misma es una ofensa casi personal.
Reconcíliate con cualquier familiar con el que puedas estar peleado en año nuevo, comiendo un asado familiar.