1. En Quito no basta con sentir la temperatura… hay que verbalizarla. Así que si siente frío o siente calor, debe decir:
2. Con lo siguiente no sólo sonará tierno, también tendrá la fórmula mágica para convencer a un quiteño de casi cualquier cosa:
3. Aunque no tenga mucho sentido según la semántica…