PASO 1: Mastique una hoja de pápalo que no sea virgen (o sea, que haya tocado al menos una cemita).
PASO 2: Lave toda su ropa, tiéndala en su azotea y luego échele encima una cubeta de ceniza (de preferencia volcánica).
PASO 3: Hierva una papa en agua bendita y posteriormente introdúzcala en su garganta.
PASO 4: Encuentre por la calle a algún conocido que no haya visto desde hace mucho tiempo. Aguántese las ganas de saludar y pase caminando frente a ella/él sin que le atrapen la mirada.