La “Y” y la “Ll” se pronuncian “Sh”. Shueve en cabashito.
Elevá el tono de tu voz a 70 decibeles. Es decir, hablá a los gritos.
Hablá con gestos y ademanes. Abrí exorbitantes los ojos, extendé los brazos, echate para atrás a las carcajadas y agarrá al otro del hombro para que te entienda bien.
Adoptá el “Che” al comienzo o al final de cada frase: “Che, ¿al final vas a venir?” “No te enojés, che”, “¡Che, qué rico el dulce de le che!”.
Caminá por la calle como si llegaras tarde a todas partes. Manejá como si llegaras tarde. Estás llegando tarde, decí que el tránsito era un “quilombo”.
Si querés una cerveza, pedí una birra; si querés un cigarrillo, pedí un pucho y si te querés ir, tomate el palo.
Llamá a las cosas por su marca, las hamburguesas son “patys”, el pegamento “plasticola” y las maquinitas de afeitar, “shilet”.
Reclamá lo tuyo, porque “el que no llora no mama, y el que no afana es un gil”.
Amá u odiá todo, excepto a Maradona. Él es sagrado, le perdonamos todos sus pecados, aguante la mano de Dios. Amén.
Odiá compulsivamente a los periodistas deportivos. ¡No saben nada!
Comportate ansioso y compulsivo. Adelantate en la cola, no esperes tu turno y ponete primero para abordar un avión, aunque no estén llamando a tu fila. ¡Dale flaco, que no tengo todo el día!
Tus amigos son lo mejor que hay, aunque les digas “boludo”. El que te cae mal es un “forro” y el que te cae bien, un “copado”.
Te gusten los chongos o te gusten las minas, si salís, ponete tu mejor pilcha, mucho perfume y andá de levante.
Nunca dudes de que lo sabés todo, pero sí dudá firmemente que alguien pueda saberlo mejor que vos.
Peleate por el fútbol con los brasileros, chilenos, uruguayos. Andá a vacacionar a sus playas y cantales “Brasil decime qué se siente, tener en casa a tu papáaa”.
Adoptá el lenguaje futbolístico en tu vida cotidiana: “La cancha está embarrada”, “Loco, ponete la camiseta y salí a ganar”, “Dejá de gambetearla y atajate esta”, “La clavó al ángulo”.
Pase lo que pase, tenés que salir a flote, aunque la vengas remando en dulce de leche.
Ingeniátela con lo que haya, todo tiene solución o “lo atamos con alambre”.
Laburá mucho, pero los finde son para disfrutar…El sábado salí de joda y los domingos son en familia. Comé asado religiosamente (pastas si shueve). A la tarde andá a la cancha y si tu equipo gana, a festejar al Obelisco.
La pelota no se mancha y que nadie se atreva a tocar a tu vieja, porque tu vieja “¡es lo más grande que hay!”.