Crédito: Juan Carlos Piña.

Tips de primera mano sobre cómo fotografiar gente con tu teléfono, sin ser invasivo

by Juan Carlos Piña 28 Mar 2018

Lo mío es la fotografía de naturaleza y aventura. El retrato, el documental y lo social (que implican fotografiar gente) no se me dan muy bien, porque soy penoso y algo torpe para acercarme a la gente. Por eso prefiero fotografiar donde no haya personas, así no invado los espacios personales con mi cámara grande y su lente enorme.

Cabe mencionar que en la naturaleza también puedes intimidar a la fauna, pero soy respetuoso y me acerco hasta el límite de la zona de seguridad que cada especie permite. Jamás transgredo esa distancia.

Sin embargo, cuando me encuentro en un contexto fotográfico inevitablemente social, como la Feria del Huipil de Cuetzalan, mi fórmula ganadora es mantener una actitud aparentemente despistada y utilizar mi “kit” fotográfico discreto: teléfono celular + lentecillos.

En el contexto turístico anterior, y para el común de la población, la concepción de “fotógrafo” tiene una escala de estereotipos claramente definidos (advierto que es de broma, pero no está lejos muy de la realidad):

  • cámara grande + lente grande + chaleco = fotógrafo de prensa o medios
  • cámara grande + lente grande + tripié/monopié = fotógrafo muy profesional
  • cámara grande + lente grande = fotógrafo profesional
  • cámara mediana + lente mediano = fotógrafo aficionado
  • cámara retro (digital o análoga) + lente chico = hipster
  • cámara “point and shoot” = turista gringo o abuelito nacional
  • teléfono celular = turista común y corriente
  • Al usar mi kit discreto, además de entrar de lleno en la categoría de turista común y corriente, obtengo las siguientes ventajas:

  • paso desapercibido y nadie me sospecha fotógrafo,
  • me ayuda a superar el nervio de acercarme a la gente, y
  • causo curiosidad por lo ridículo del tamaño de mis lentecillos.
  • Chequeen el tamaño del telefoto de mi kit discreto contra el de mi cámara grande… El tamaño sí importa.

    En el rubro de la calidad y prestaciones quiero dejar bien claro lo siguiente: con un celular jamás obtendrás la calidad de una cámara grande. Lo tengo bien presente, pero aún así trato de explotar la herramienta al máximo y sobre todo hacer de ello un ejercicio fotográfico. Cuando utilizo el angular para el celular (equivalente a un 18mm
    en Full-Frame/35mm) busco concentrarme en la composición, tal y como lo haría con la cámara grande.

    Esta imagen resultó bastante aceptable, y lo más importante: no me sentí nervioso al acercarme a tomarla, pues junto a mí estaba un familiar del niño quetzal tomándole fotos también con un celular.

    En esta imagen de los niños voladores también utilicé el lente angular. Hice exactamente la misma composición que hubiera hecho con la cámara grande. El resultado fue muy representativo del momento y con cero estrés al tomarla.

    Para mi sorpresa, hasta el Maestro de los Niños del Sol (aquí con la más pequeña de los niñ@s voladores), se acercó a pedirme le compartiera algunas fotos. Esto último me motivó a moverme con más tranquilidad entre la gente…

    Y hacer cómodamente más fotos de los danzantes.

    Ya entrado en confianza cambié al telefoto para hacer tiros más cercanos, incluso algunos retratos.

    El telefoto en el celular es muy distinto al de la cámara grande; te acerca el doble que la cámara integrada (2x), pero por lo minúsculo del sensor del iPhone prácticamente no obtienes desenfoque ni compresión, entonces de aquí surge otro ejercicio fotográfico muy interesante: tirar con el celular y simular los efectos en edición.

    Checa estas fotos tomadas con el telefoto para celular y editadas (fuertemente) con las Apps Snapseed y Afterfocus.

    Si observas minuciosamente (en inglés: “pixel peeping”) encontrarás detalles e inconsistencias (checa las plumas sobre el poste), pues los efectos de profundidad son simulados. Es una forma manual de fotografía computacional, parecida a lo que hacen el iPhone 7+, 8+ y X y su modo de retrato.

    Quizá la edición te parezca un poco excedida, pero es un ejercicio que busca simular el uso de un telefoto para una cámara grande de lentes intercambiables.

    La verdad es que al celular hay que echarle una manita con algo (o mucho) de edición, pues aunque el tamaño de la imagen (12MP) es aceptable, la calidad óptica es “meh” y los colores son realmente espantosos. Entonces, después de pasarlas por las Apps de edición mencionadas, las llevé a VSCO para quitarle ese horrible aspecto y color digital.

    Estos son las Apps de edición que más utilizo.

    Reconozco mucho y envidio un poco el carisma de aquellos fotógrafos que se aproximan amablemente a un desconocido y logran imágenes emotivas sin ser invasivos. Quisiera fluir como ellos, pero admito que no he ejercitado esa habilidad. Afortunadamente cuento con el poder de mi kit discreto, que me permite acercarme con confianza y respeto, y me libra de convertirme en ese deleznable tipo de fotógrafo que por una imagen invade el espacio íntimo de las personas dejándolas 21 gramos más ligeras.

    Todas las fotos son propiedad del autor.

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