El festival de San Fermín se celebra todos los años en Pamplona, entre el 6 y el 14 de julio. El “Txupinazo” es el evento que da comienzo a la fiesta. Se lanza un “chupinazo” (cohete) desde el balcón del Ayuntamiento de Pamplona y ¡empieza la lluvia de vino!

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Obtén una acreditación oficial.

No se puede obtener una acreditación de prensa de forma particular, sino que debes hacerlo a través de un medio de comunicación. Te será de mucha ayuda para poder acceder a los diferentes lugares y, sobre todo, cuando estés entre la multitud, ya que la gente tiende a colaborar más con quien está trabajando que con quien saca fotos solo por hobbie. También a la hora de acceder a escenarios en el feriado y, especialmente, para fotografiar los encierros, ya que solo los fotógrafos acreditados tienen permiso para subirse a las vallas. Para entrar a los balcones se necesita otro permiso especial, además de la acreditación de prensa, y es más complicado de conseguir. Tuve la suerte de que Kukuxumusu, mi patrocinador, me lo proporcionara.

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Prepárate para la locura.

Llegué a Pamplona la noche antes del Chupinazo, contratada por el sponsor oficial de San Fermín. Si bien me habían explicado más o menos lo que iba a vivir, hubiera sido imposible predecir semejante locura.

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Lleva una funda acuática para la cámara.

No son tan caras, -en EEUU valen 80 dólares-, pero te salvan la vida. O simplemente forra la cámara con una bolsa de plástico, sellada con cinta americana, que es la más resistente y, sobre todo, es impermeable. Lo más importante es evitar las grandes caídas de vino y agua que arrojan los participantes desde los balcones durante el Chupinazo.

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Prepárate para poner a prueba tu paciencia.

Hay corridas de toros para las que la gente hace cola durante horas para poder ingresar. Hay que llegar a tiempo para fotografiar las procesiones y los pasos de las vírgenes y los santos, en las que los devotos son tan numerosos que es casi imposible penetrarlas.

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Las calles están mojadas y resbalosas.

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Algo no menos importante: ¡toda la gente está borracha y golpea la cámara accidentalmente! Y casi siempre en la lente, claro...

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Actúa con rapidez cuando estés fotografiando los encierros (y ten mucho cuidado de no caerte).

Los encierros son un desafío. Hay que llegar a las 6 de la mañana para poder colocarse en buen lugar y, para fotografiar a los toros, hay que subirse a unas vallas de madera a las que sólo algunos fotoperiodistas tienen acceso. Cuando viene el toro, la gente corre delante y es complicadísimo que no te golpeen mientras estás en la valla, ya que es inestable y fácil de voltear. Hay que apretar bien la madera con las piernas, para evitar caerse mientras se fotografía al toro que pasa a una velocidad inigualable. Si llegas a estar en una valla para fotografiar un encierro recuerda trabajar en manual, nunca en automático. Abre el obturador, aumenta la ISO y pon una velocidad de, al menos, 1/1000.

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Prepara tu equipo para todo el día.

Es imprescindible elegir las lentes adecuadas para fotografiar los diferentes eventos que suceden durante San Fermín, muchos de ellos al mismo tiempo. Un gran angular para las tomas generales, lentes fijas de 50mm o una de 28mm para los retratos o para fotografiar los detalles y un zoom si vas a tomar fotos desde los balcones o desde lejos (yo llevé un 24-70).

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Además de los encierros, hay música en las calles, desfiles de gigantes y cabezudos, procesiones y espectáculos de marionetas y mimos.

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Busca ayuda de los lugareños para encontrar nuevos puntos de vista y diferentes ángulos.

Pregúntales si te permiten entrar a su casa para poder hacer una foto con vista aérea o pide su opinión sobre cuáles son los mejores lugares para ver los toros, las procesiones o lo que sea que estés interesado en fotografiar.

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Sé considerado y respetuoso con los demás.

La mayoría de la gente con quien tendremos que tratar para poder llegar a nuestro objetivo (ya sea la plaza de toros, la procesión de la Virgen o los desfiles de gigantes y cabezudos) lleva probablemente horas esperando a ver lo que nosotros vamos a documentar. Por eso hay que tener cuidado en la forma de pedir las cosas y en cómo les explicamos que estamos trabajando y que no es nuestra intención pararnos delante de ellos para impedirles ver. El agacharnos si estamos en primer fila es una buena técnica para no enfadar a nadie.

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Escucha las historias de la gente mayor.

Porque entre tanta locura y movimiento, podrás hacer una pausa para entender mejor el espíritu de San Fermín.