Los mercados en Tenochtitlan eran espacios enormes de intercambio de bienes y servicios, donde se podía encontrar de todo. Los tianquiztli -o tianguis como los conocemos ahora-, eran el corazón del comercio del México prehispánico. Aquí, por ejemplo, hay una descripción del gran mercado de Tlatelolco, hecha por el mismo Hernán Cortés:
“Tiene otra plaza tan grande como dos veces la ciudad de Salamanca, toda cercada de portales alrededor, donde hay cotidianamente arriba de sesenta mil almas comprando y vendiendo…”.
“…hay todo género de mercaderías que en todas las tierras se hallan”.
Fuente: Segunda carta de Relación de Hernán Cortés.
Más que mercados como los de hoy eran una especie de plaza comercial que tenía todo tipo de servicios, productos y locales donde uno podía adquirir desde un corte de cabello hasta una consulta médica, pasando por comer en un restaurante.