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Cómo impresionar a una colombiana en una primera cita

Colombia
by Monica Corredor Sanchez 26 Sep 2017

No hagas chistes malos sobre drogas ni sobre Pablo Escobar.

Si eres extranjero, procura no hablar de los típicos clichés como Pablo Escobar, drogas, violencia, o la serie “Narcos”. Por muy buena que sea, los colombianos estamos saturados de películas y programas alusivos a la historia del narcotráfico en el país. Y por favor, evita hacer bromas tontas de cocaína con azúcar o harina, a menos que quieras que se rían, pero no del chiste sino porque ella te dejó plantado en medio de la cita. Créeme, hay cosas más interesantes de las que hablar respecto a nuestra cultura.

No te comportes como un ‘cerdo’.

A las colombianas nos gusta la atención y, por supuesto, los buenos modales. Sorber tu bebida o hacer ruidos extraños con tu boca, no es para nada sexy. Es tu momento para demostrar todo lo que aprendiste de niño en la “urbanidad de Carreño”. Muestra un poco de caballerosidad, déjala sentarse y entrar primero a los sitios, sé respetuoso con la gente que te rodea y por favor, aunque Carreño nunca se imaginó esto, olvídate de tu celular mientras estén juntos.

Evita ser un témpano de hielo y coquetea.

Los colombianos en general somos cálidos, y las colombianas somos cariñosas. Si hablar contigo es como hablar con un “parcero” más, entre frases como “’¿Qué más?, Tomémonos unas polas”, probablemente te convertirás en uno más de la lista de citas. Así que si hay chispa y química, háblale bonito y “échale los perros”. Mírala de manera diferente, tócale la pierna, la espalda o la mano muy discretamente, o abrázala si tiene frío. Si tienes suerte, un poco de afecto puede convertirse en el inicio de una noche memorable.

Sin embargo, ten mucho cuidado si eres tan arriesgado de echar un piropo.

“Échale flores” pero de una manera respetuosa y con algo de clase. Es mejor que digas cosas sencillas como “Te ves muy linda” o “Me encantan tus chistes”, a que te arriesgues con piropos. Un piropo debe ser muy bien usado y de muy buen gusto para que ella lo tome bien. Si lo dices en un tono divertido y burlón puede ser también una buena manera de hacerla reír y ganar puntos. Pero si dices algo como “se están cayendo los ángeles del cielo” o cualquier otro piropo que te hayan enseñado, puedes pasar en un segundo del idilio al ridículo.

Saca tus mejores pasos y baila, baila, baila…

Cuando escuchamos música, sea la que sea -salsa, vallenato, reggaetón, o cualquier otra-, las mujeres colombianas sacamos la Shakira que llevamos dentro y sentimos su efecto en nuestras caderas. Fácilmente terminamos bailando en la calle, en una “chiva” o en cualquier lugar que tenga un piso y un poco de música. Así que si realmente quieres impresionar a una colombiana, por lo menos haz un buen intento de baile. Y si tienes la suerte de “bailar como un trompo”, esos invaluables puntos definitivamente serán tuyos.

Mantén tus oídos bien atentos.

Intenta descubrir lo más que puedas sobre ella antes de la cita. Absorbe todo lo básico y úsalo para impresionarla. Si le gusta el vino, llévala a una feria o a una cata. Si le gusta el chocolate, cómprale uno. Si le gusta la naturaleza, suban a un mirador en la cima de una montaña. Si le gustan los perros y quiere adoptar uno, envíale un par de opciones y ve con ella al lugar de adopción. Y si le gusta el aguardiente, invítala a tomarse unos cuantos mientras bailan y comen empanadas. Lo importante es mostrar interés por sus gustos. Esto aumentará la probabilidad de una segunda cita o incluso de algo más.

Cuida tus palabras de las confusiones pero aprovecha tu acento.

Las colombianas amamos los acentos extranjeros. Si eres argentino o español, ya tienes una ventaja. Pero eso sí, ten cuidado con el uso de cierto vocabulario, por más que sea el mismo idioma, no quieres “embarrarla”. Usa muy bien las palabras ‘comer’ y ‘tirar’ y recuerda que nosotros sólo cogemos las cosas o cogemos el bus. Y si estás ‘arrecho’… de la rabia, sólo una santandereana lo entenderá. Las demás colombianas lo tomarán muy mal y querrán huir lo más pronto posible.

Hazla reír.

Aprovecha tu buen sentido del humor cuando estés con una colombiana; como a muchas otras mujeres, nada nos gusta más que que nos hagan reír. Si los chistes y el buen humor no son lo tuyo, al menos ríete con sus comentarios graciosos. Los colombianos siempre nos burlamos incluso de nuestras desdichas, por lo que una carcajada, una sonrisa y una buena dosis de humor negro seguro sumarán muchos puntos.

Llega a tiempo, pero no esperes que ella haga lo mismo.

La puntualidad no es una cualidad de los colombianos, en especial si hablamos de una mujer en su primera cita. Escoger ropa sexy pero no vulgar, elegir los tacones y la cartera que le combinen, y maquillarse lo suficiente para verse bonita pero sin espantar al susodicho, puede tomar más tiempo de lo esperado. Pero eso sí, no la hagas esperar porque ella sólo pensará que le das poca importancia a la cita.

No conviertas la cita en una entrevista.

Las colombianas somos sociables y amamos hablar y contar de todo. Entre más detalles tenga la historia, mucho mejor. Engánchate con sus historias, ponle atención y haz preguntas. Una cita no es una entrevista pre-establecida y no hay nada menos atractivo que un hombre monosílabo. Después de varios intentos de preguntas cuyas respuestas son “sí”, “no”, “nada”, y muchos silencios incómodos, ella probablemente querrá salir corriendo. Tampoco se trata sólo de ti. Si hablas sin parar y no sabes escuchar, ocuparás también un lugar en su lista negra.

Paga la cuenta.

Cuando de la cuenta se trata, las colombianas somos más chapadas a la antigua. Si ella se ofrece a pagar la cuenta, no lo tomes muy en serio. En el fondo, ella espera que rechaces la oferta. Esto es simple cortesía y una manera de mostrar que disfrutaste de su compañía.

Dale las gracias después de la cita.

Un simple “Gracias por la compañía”, “La pasé muy bien”, o “Espero que se repita”, abrirá las puertas para una segunda cita, y si estás de suerte, también las puertas de su apartamento para tomar una copa de vino.

Acompáñala de regreso a casa.

Por más independientes que somos las mujeres hoy en día, las colombianas estamos acostumbradas al hombre caballeroso que nos acompaña a la casa. Llevarla a la casa no significa que tendrá sexo contigo, pero si hiciste un buen trabajo, ella puede invitarte a tomar una copa de vino o incluso un tinto (recuerda que para los colombianos estas dos cosas no son lo mismo). Acompañarla es solamente una manera inteligente de mostrar interés por que llegue sana y salva.

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