Siempre intentamos dar dos besos.
Las presentaciones pueden ser algo incómodas cuando se trata de personas de países diferentes. Los españoles, que siempre saludamos con dos besos, nos quedamos algo cortados cuando los argentinos se limitan a uno. Para nosotros un solo beso es más íntimo, se lo das a tu familia, ¡pero no a un desconocido!.
Meter baza se convierte en algo tan difícil como si el idioma fuese otro.
No somos capaces de entrar en una conversación entre argentinos. Los españoles vamos por el mundo creyendo que somos abiertos y habladores. Eso es, claro, hasta que llegamos a Argentina y nos encontramos metidos en un grupo de argentinos que hablan mucho, muy rápido y contando cosas demasiado íntimas para nosotros.