1. Por el volumen de nuestras conversaciones.
Casi diría que, para los ingleses, no hablamos. Gritamos. Es muy fácil detectar a un grupo de españoles en el metro de Londres o en un tranvía en Manchester. Aunque no nos estés viendo porque el vagón está a rebosar y haya mucha gente en medio…
2. Porque discutimos en público.
No es que los ingleses no discutan, pero suelen reservarse para la intimidad. Si vives en una gran ciudad, tarde o temprano verás a un español recriminándole a otro que se ha olvidado en casa la lista de la compra, o que le había prometido ir al bar de moda a ligar en vez de al pub a ver el partido del Madrid.