Crédito: Luis Dudamel
1. Atendemos el teléfono diciendo “Aló” en vez de “Hola, ¿si?”.
Y luego muy posiblemente agreguemos un “bendición, mamá” o un “si vale, todo fino”.
2. Y cuando estamos recién llegados a la Argentina, usamos expresiones como “Me pusieron una concha ‘e mango” con toda ingenuidad.
O preguntamos inocentemente “¿Dónde puedo conseguir un forro para el celular?”, sin comprender por qué despertamos miradas suspicaces y burlonas en nuestros interlocutores.