Photo: Ramiro Reyna Jr/Shutterstock

Cómo salir airoso de tu primer viaje a la Ciudad de México en 10 sencillos pasos

Ciudad de México
by Rulo Luna Ramos 12 May 2017

1. Descarga una aplicación con las líneas de Metro y Metrobús.

Es la forma más rápida y fácil de moverse en la ciudad, exceptuando tal vez la bici. Así que nunca cae mal tener un mapa de las distintas rutas al alcance de tu mano. Y checa los horarios de servicio, nunca es bueno quedarse en medio de la ciudad a la mitad de la noche.

 

2. Recuerda que estás en una ciudad de altura.

Tal vez 2250 metros sobre el nivel del mar no suenen muy impresionantes, pero si no estás acostumbrado, la altura puede pegar duro. Si vienes de altitudes mucho menores, tómate una aspirina diario por unos tres o cuatro días antes de llegar a la ciudad y una vez aquí evita realizar esfuerzos innecesarios, especialmente si te vas bajando del avión.

 

3. No confíes en las indicaciones del primero que se te atraviese.

Este problema ha decaído en esta época de Google Maps y wifi omnipresente, pero hace apenas unos años se podría haber convertido en tu peor pesadilla. El caso es que los habitantes de esta ciudad tenemos el pequeño defecto de no poder decir que no sabemos donde queda tal o cual calle, por lo que una solicitud de indicaciones nunca se quedará sin respuesta… ¡Nunca! Intenta hacer el experimento preguntándole a cinco personas por una calle, museo, parque o lo que sea y verás que tan lejos llegas. Consejo: si no hay wifi, pregunta a un vendedor de periódicos, ellos casi siempre te pueden sacar del apuro.

 

4. Atáscate de museos… entre semana.

La Ciudad de México está repleta de museos y muchos de ellos son visitas obligadas. Bellas Artes, Antropología, el Franz Mayer, el Tamayo y el Castillo de Chapultepec son sólo algunos de los que tendrías que visitar, por lo menos de rápido. Si emprendes el tour de museos, hazlo entre semana, de lo contrario corres el riesgo de ver las exhibiciones desde atrás de una horda de niños de secundaria a los que les dejaron hacer un ensayo de la Sala Mexica para el lunes. Evítate molestias.   

 

5. La venganza de Moctezuma es un terror latente, no lo subestimes.

Nada destruye los planes de viaje como la diarrea. En esta ciudad es muy fácil caer en tentaciones: tacos en una esquina, tortas en la otra, tamales en la que sigue, tacos en bicicleta… Si quieres que tu viaje sea inolvidable (y no de mala manera), pide recomendaciones a los locales, no te aventures al primer puesto de afuera del Metro que encuentres y disfruta de todas las delicias que la ciudad ofrece, pero con moderación.

 

6. Aprovecha todo lo que la ciudad ofrece… gratis.

No tienes que gastar una millonada para hacer un buen tour. La Secretaría de Turismo ofrece tours gratuitos por varias de los lugares más turísticos de la ciudad, también está el paseo dominical en bici (hay varios stands donde puedes rentar una bicicleta gratis por el día), museos de entrada gratuita para el turismo nacional y muchos espectáculos públicos que puedes aprovechar. Infórmate en páginas de turismo local y siempre carga con una credencial de estudiante, si cuentas con ella.     

 

7. Reinventa el baño público.

Es un hecho, esta ciudad carece de baños públicos. Aunque esto puede sonar escalofriante, los chilangos tenemos la solución perfecta para este mal: el Sanborn’s. Esta tienda ha salvado a más de una vejiga a punto de explotar y, a lo mucho, requerirá que compres unos chicles para poder hacer uso de unas instalaciones sanitarias bastante decentes.

 

8. Se vale improvisar, pero si organizas tu viaje un poco, te la pasarás mejor.

La ciudad es enorme y todos sus atractivos están desperdigados por distintas zonas unidas por pequeños infiernos de tráfico. Si no quieres que la mitad de tu viaje pase ante ti a través de la ventana de un taxi, organiza tus días de acuerdo a los lugares que quieras visitar. No visites el Centro y Xochimilco el mismo día, por ejemplo.

 

9. No tengas un itinerario muy apretado.

Esto está un poco relacionado con el punto anterior. Puede que no vayas a estar mucho tiempo por estos lares y que quieras atascar tus días con actividades y visitas. Aunque es probable que salgas triunfante con un itinerario acelerado, recuerda que esta ciudad siempre está a dos pasitos del colapso. Una manifestación, un buen aguacero o incluso unos semáforos descompuestos pueden hacer que un trayecto de media hora se convierta en la ruina de tus planes. Consejo: la mejor forma de turistear por esta ciudad es caminando.

 

10. Que no te de miedo la alerta sísmica.

Sí, es un sonido bastante escalofriante al que los habitantes de la ciudad nos hemos acostumbrado. Si la dichosa sirena empieza a sonar de pronto, mantén la calma y ve a una zona segura. Lo más probable es que no tiemble o que ni siquiera sientas el temblor. Y para el susto… seguro que la panadería más cercana tiene bolillos duros del día anterior.