1. Busca tu hueco en la playa… ¡y no salgas del agua!
El Mediterráneo no refresca tanto como el Atlántico, pero es uno de los mejores lugares para sobrevivir al verano malagueño. El agua suele estar calmada, la plaga de medusas ya pasó y se puede echar el día entero haciendo compañía a los peces. Disfrutarás más y evitarás aglomeraciones si apuestas por la aventura y te acercas a las preciosas calas de Maro.