Si para ti, como para mí, ser puntual significa llegar justo a la hora acordada, si esperar más de tres minutos ya te pone nervioso, si cuando ves a esa persona que llega sonriente con diez minutos de retraso lo único que quieres es estrangularla, entonces necesitas una pequeña guía de adaptación.
Si la hora acordada está poco definida, hazte a la idea de que tu amigo llegará siempre en el último momento.