Cómo viajar (casi) gratis por Europa

Ten en cuenta todas las opciones de transporte local.

En la mayoría de las ciudades podemos encontrar diferentes abonos con los que poder ahorrar en el transporte local.
No es lo mismo ir comprando billetes de metro por separado, que hacerse con un abono especial con el que podremos ahorrar una buena cantidad de euros.

En Londres, por ejemplo, existe la tarjeta Oyster recargable, que además de agilizar los pagos, nos ofrece la gran ventaja de contar con precios más económicos que el de los billetes sencillos.
En París podemos encontrar la Paris Visite, una tarjeta que te permite utilizar todo el transporte público de la ciudad (metro, autobús, tranvía, funicular de Montmartre, etc).

Apúntate al couchsurfing.

Otro de los mayores desembolsos que tenemos que hacer cuando viajamos es el que deriva del alojamiento. Aparte de las opciones que ya todos conocemos, como los hoteles, hostales o campings, no podemos dejar de valorar la opción del couchsurfing. Couchsurfing es una web donde se dan citas miles de personas que ofrecen su sofá de manera gratuita a otros viajeros.

A través de esta forma de alojamiento podrás convivir de manera gratuita con un local, vivir con él y organizar o participar en las diferentes actividades que organiza el anfitrión. Si te apuntas a esta opción de alojamiento, no olvides darte de alta como anfitrión para que otro viajero pueda disfrutar de tu sofá en otra ocasión.

Informáte con anticipación sobre los días en que visitar los museos es gratis, y sobre las actividades sin coste en general.

Hay algunas ciudades en las que podemos disfrutar de algunas de sus joyas de manera totalmente gratuita. En el caso de Londres, por ejemplo, la entrada al British Museum, donde podemos ver la Piedra Rosetta, el sarcófago de la sacerdotisa Henutmehyt o los Mármoles del Partenón, es completamente gratuita. Lo mismo con el magnífico Natural History Museum, el Tate Modern, la National Gallery o el Museo de Londres.

En el caso de que no sean gratuitos, normalmente todos los museos tienen algunos días u ocasiones en los que pasan a ser gratuitos. Esto pasa por ejemplo en el Louvre en París, donde el primer domingo de cada mes, desde el mes de marzo a noviembre, el acceso es gratuito. Y lo mismo vale para el Arco del Triunfo, el Pantheón, la Saint Chapelle y muchos lugares más. Ahora que has leído esto, no está nada mal plantearte tu visita coincidiendo con el primer domingo del mes, ¿verdad?

Otra de las actividades que puedes considerar son los tours gratuitos. Existen en casi todas las ciudades y son generalmente guiados por voluntarios, en los que podrás conocer la ciudad de la mano de un local de manera gratuita. Eso sí, al final, si has estado a gusto, no está de más que les dejes algunas monedas o que le invites a un refresco.

Come dónde y cómo lo hacen los locales.

Esta expresión resume perfectamente lo que debes hacer cuando estás de viaje: “Donde fueres, haz lo que vieres”. Si se trata de la comida, llegamos a otro de los puntos que más caros nos pueden salir en un viaje si no sabemos a qué lugares ir. Te dejamos algunos consejos:

-Uno de los mejores lugares para comer y ahorrar son los mercados. Allí, además de comprar productos locales, frescos y de primera calidad que podremos cocinar en el apartamento o en la casa de nuestro anfitrión, podremos mezclarnos con la vida local, disfrutando de una perspectiva distinta de la ciudad.

-Y si no te apetece cocinar y quieres ir de mantel, cuchillo y tenedor pero sin dejarte un riñón, no olvides buscar un restaurante donde la mayoría de sus clientes sean locales. No falla. Seguro que no te equivocas y tendrá un precio más que justo.

Los miradores son los grandes aliados de los viajeros en las grandes ciudades.

Si hay algo que nos gusta a todos los viajeros es poder ver la ciudad en toda su amplitud. Normalmente en todas las guías nos recomiendan subir a una torre, a la cúpula de una iglesia o a algún edificio para poder disfrutarlas, pero esto, como ya debéis imaginar, nunca es gratis.

Sólo tenemos que informarnos un poco para descubrir qué mirador o desde qué punto de la ciudad podemos tener las mismas vistas, pero sin pagar un duro. En Lisboa, por ejemplo, podemos encontrar infinidad de miradores, todos gratuitos, desde los que poder tener vistas impresionantes de la ciudad. En Florencia, tenemos la increíble Piazzale Michelangelo, desde donde nos deleitaremos con las mejores vistas que hayamos podido imaginar.