«Todos los niños son artistas. El problema es cómo seguir siendo un artista una vez que crezca».
Pablo Picasso
Como si hacerse mayor no fuese suficiente para ir progresivamente perdiendo la inocencia, vas y un buen día te encuentras con la noticia —y la foto— de que hay colas para coronar el Everest. Por un momento, te embarga la desesperanza y la seguridad de que nada volverá a ser nunca igual, ni en tu vida ni en el mundo. Echas de menos a tu niño interior, ese que no paraba de investigar el mundo a su alrededor, de hacerse preguntas alimentando su curiosidad todo el tiempo y sobre todo, ese que no paraba de imaginar y jugar.