Si puedes, ¡vete a un hotel!
En tu cabeza tienes una idea idílica de lo que es ir de camping, pero la zona de acampada de los festivales de música tiene poco que ver con lo que haces tú ahora que eres adulto. ¿Parcelas? ¿Tranquilidad? ¿Noches en las que solo se escuchan los grillos? ¿Baños? ¡Ja! Pondrás tu tienda en el hueco que encuentres (y te despertarás con otras cinco pegadas que harán que tengas que dar saltos y hacer equilibrios para desplazarte), te pasarás la noche escuchando a los borrachos cantar, hablar o poniendo electrónica a todo volumen. Y, finalmente, concluirás que es mejor no ducharse a tener que pasar por los “baños”…