1. Todas las frutas te parecen insípidas y hasta dejas de comerlas.
En Cuba escogías las frutas por su olor y su color. Luego de un tiempo en Europa ya dejas de hacerlo porque todas huelen a plástico y, por lo general, nunca cambian su color verde, aunque estén maduras.
2. Te molesta el llanto de los nenes.
En realidad a mi me sigue pareciendo natural y posible pero he sabido de cubanos que no lo soportan ya luego de vivir un tiempo en tierras de Europa. Tal cual las personas nacidas por estos lares, ellos se crispan ante el llanto de un bebé.